La estrategia pedagógica comenzó a ser aplicada en Chía, Villapinzón, Gachancipá, Sasaima y Vergara, siguiendo propuesta de la Gobernación de Cundinamarca.
Se trata de un proyecto mediante la cual las autoridades de tránsito buscan crear condiciones encaminadas a detener accidentes de tránsito, principalmente en motocicletas.
Los simuladores recrean escenas en las cuales podrían verse involucrados los usuarios de las carreteras, con lo cual pueden tomar conciencia sobre las maniobras de tránsito inadecuadas.
Son, en realidad, “cuatro simuladores que escenifican diferentes ambientes y situaciones como viajar sin protección; bajo la influencia del alcohol o las drogas”, escenas que pueden finalizar en accidentes fatales.
Igualmente recrean episodios de microsueño o “realizando maniobras como exceder los límites de velocidad, no ceder el paso, invadir carril o pasar semáforos en rojo”.
De momento el sistema ha permitido que 600 usuarios de las vías hayan tenido oportunidad de experimentar los riesgos de no observar las medidas preventivas sobre seguridad vial.
“Buscamos sensibilizar a los actores viales, en especial a los motociclistas, de lo que puede ocurrir al momento de conducir bajo el estado de embriaguez, sustancias alucinógenas, con sueño o en otras circunstancias”, explicaron los promotores del ejercicio pedagógico.
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