Ahora “primero asesinan y luego roba”. Mientras el presidente Iván Duque voltea la mirada para otro lado, los colombianos “sobreviven” entre el terror y la desesperanza ante la escalada atracos, robos y toda suerte de delitos.
Informe Especial
La Policía no da abasto ante el elevado número de casos que debe atender a toda hora y en todo lugar; los colombianos se sienten desprotegidos, aún dentro de sus propias residencias, y tienen la percepción de que las autoridades, fiscales y jueces, por el contrario, deciden a favor del delincuente.
Actualmente niños, jóvenes, ancianos, madres embarazadas, sin distinciones de alguna clase, son blanco de la delincuencia. (Ver: Atraco: Amenazó con apuñalar madre embarazada en Fusagasugá, Cundinamarca )
Hoy los hampones “primero asesinan y luego roban” (tituló un medio informativo), en una descripción muy aproximada a la situación del país; el Congreso tampoco actúa para crear condiciones normativas que detenga la criminalidad.
Buena parte de los atracos y robos son cometidos por bandidos que ya habían sido detenidos, pero dejados en libertad o con detención domiciliaria.
Uno de los más dolorosos caso ocurrió el este jueves (26 de agosto) en Bosa (Bogotá), cuando una jovencita de 15 años recibió un disparo que la mantiene a punto de perder su movilidad; trató de resistir el robo.
La menor se encontraba jugando frente a su casa con sus primas de 8 y 10 años cuando fue atacada. El proyectil le penetró un pulmón y le alcanzó la columna vertebral. (Ver: Porque no le dio el celular, ladrón en Bosa le disparó a menor que podría no volver a caminar )
Por esos mismos lados otro desprevenido peatón fue salvajemente golpeado por la espalda por un par de ladrones; el hombre falleció en el mismo lugar del ataque.
Un hecho de similares características se presentó en el barrio Estrada noroccidente de Bogotá; el brutal hecho igualmente quedó registrado en cámaras de seguridad. (Ver: Lo golpean en la cabeza, le causan la muerte y lo atracan: rabia y dolor en el barrio La Estrada )
En Soacha, Cundinamarca, un pasajero recibió impacto de arma traumática en un ojo a manos de un ladrón; el bandido sintió que la víctima se resistía al atraco por lo cual prefirió disparar. El hombre se encuentra a punto de perder la vista.
Y en Fusagasugá un peatón murió víctima de un ataque con arma blanca hacia el mediodía del pasado miércoles, según parece, por resistirse a un atraco mientras se desplazaba por una calle al occidente de la ciudad. (ver: Otra muerte violenta en Fusagasugá, Cundinamarca )
Toda clase de negocios siguen siendo blanco de asaltos, con todo y clientela; en algunos casos los hechos son violentos en muy buena parte de las ciudades del país.
El más reciente caso fue reportado desde Antioquia; más de 20 vehículos fueron detenidos y sus pasajeros despojados de dinero y posesiones.
Ocurrió sobre la vía entre Santa Fé y Caicedo, occidente del departamento; casos como estos, y de otras características, son más frecuentes todos los días.
En efecto, la delincuencia crece a diario sin que se note el mínimo asomo de preocupación de la Casa de Nariño por ponerle detener el fenómeno; menos en el Congreso.
De forma paralela aumentan los episodios en los cuales la misma ciudadanía cobra justicia por sus propias manos. Ya no creen en las instituciones colombianas.
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