Se derrumba la izquierda en América latina. En Colombia Vargas Lleras sorprende con su candidatura presidencial. El país necesita un mandatario con carácter y capacidad para cambiarlo todo.
Opinión
Por: Bernabé Gámez Hernández
En lo más alto del tercer pico de la pandemia en el país, América Latina fue sorprendida por dos hechos de gran trascendencia política: La derrota del correismo en el Ecuador después de quince años de un socialismo que llevó a esa pequeña nación a la pobreza, al hambre y a la desesperanza; el otro caso, la intempestiva reaparición en la política colombiana de Germán Vargas Lleras, que será un candidato con enormes posibilidades de ganar las próximas elecciones presidenciales en este territorio.
En el primer caso se afectan los intereses políticos del ex presidente Rafael Correa, quien lanzó en el Ecuador a un pequeño delfincito que no pudo hacerle mella al empresario Guillermo Lasso, quien rompió la hegemonía socialista y dejó sin ningún futuro político en Latinoamérica a los amigos de Maduro, que en menos de tres lustros arruinaron a países como Ecuador, Perú, Bolivia y Venezuela.
Analistas internacionales se pronunciaron sobre este hecho y concluyeron que comienza a desaparecer la tendencia izquierdista en estas regiones y surge con toda su aureola de triunfo la filosofía del centro-centro, arropando a los sectores más vulnerables en este continente.
El desempleo, la corrupción y la inseguridad en estos países se constituyen en factores determinantes para montar programas que tengan aceptación en todos los niveles sociales y económicos de los países que hacen parte de este territorio continental.
VENEZUELA Y COLOMBIA
Después de un análisis profundo se puede indicar que está llegando el fin de la tragedia política, económica y social en Venezuela.
En la farsa de la dialéctica los socialistas hablan de un solo período presidencial de cuatro años, pero después de este tiempo montaron una dictadura de quince años como ocurrió en Venezuela y en Ecuador.
Con ese populismo llevaron a la pobreza a esas naciones latinoamericanas, que en un comienzo le creyeron al dictador Hugo Chávez y ahora al “troglodita” Nicolás Maduro.
Esa política expansionista ya no convoca a nadie y sólo tiene la aceptación de unos pocos jóvenes incautos que no tienen un conocimiento general sobre los alcances de las filosofías políticas.
Informes de absoluta credibilidad indican que además de los desaciertos de gobernanza los líderes de la izquierda en Latinoamérica están inmersos en investigaciones por narcotráfico según datos de organismos de control a nivel internacional.
Nicolás Maduro y Diosdado Cabello se encuentran en listas negras por narcotráfico y sus imágenes en las naciones de este continente se fueron al piso, y perdieron toda convocatoria incluyendo las de los propios colombianos que tampoco ven en Gustavo Petro el candidato con posibilidades de triunfo. Su imagen seguirá cayendo y en un año las encuestas mostrarán la verdad de lo que puede ocurrir en las presidenciales.
EL ZARPAZO DE VARGAS LLERAS
Mientras en Colombia se hace el esfuerzo para enfrentar la furia del tercer pico de la pandemia, se conoció el lanzamiento de la candidatura presidencial de Germán Vargas Lleras, el jefe de Cambio Radical.
Este personaje de la política contemporánea se ha caracterizado por su fuerte temperamento propio de la familia Lleras. Es un hombre de estado, inteligente, capaz y con los pantalones en su puesto para reordenar todo el sistema de gobernanza y producir los cambios que rompan los vicios, la politiquería y la corrupción.
Vargas Lleras es reformista, quiere un estado moderno, tiene unas excelentes relaciones internacionales y mano a mano con los candidatos que se encuentran en el ruedo sería la mejor opción presidencial.
En las circunstancias que vive el país actualmente será prenda de garantía para impulsar los cambios profundos en el sistema de salud y educación y además para recuperar la productividad y el empleo afectados por la crisis que deja pandemia en el contexto nacional.
LOS GRANDES RETOS
La corrupción, el narcotráfico, la violencia, la inseguridad y la descomposición social en todas sus manifestaciones sólo serán derrotados por la jerarquía, la sabiduría y el pulso firme de un gobernante que no le tenga miedo a los violentos y a quienes practican la destrucción y el desorden como factores de perturbación en cualquier democracia.
La llegada de Germán Vargas Lleras a engrosar el abanico de presidenciales engrandece el debate político y garantiza un proceso donde en Colombia vuelva a brillar la luz de la esperanza y los recientes días de tránsito apocalíptico sean superados por la inteligencia, el enorme conocimiento de los asuntos de Estado, el carácter y la decisión para construir en los días venideros la “gran empresa de salvación nacional”.
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