Por largos meses había logrado evadir a la Policía que no le quitaba los ojos de encima. Tenían información de las comunidades sobre la sospechosa actividad del joven (24 años), a quién veían como un presunto distribuidor de narcóticos.
Agentes del Distrito Dos de la Policía Cundinamarca en Girardot, se habían fijado la meta de detenerlo como parte de las redadas contra la venta y consumo de alucinógeno en todos los sectores de la ciudad.
Sabían que “Yelao”, como se le conoce en el bajo mundo, dominaba el mercado de estupefacientes en amplia zona del barrio Valle del Sol y sus alrededores, pero nunca habían logrado sorprenderlo en su actividad ilegal.
En repetidas oportunidades lo abordaron pero nunca pudieron sorprenderlo en flagrancia; la suerte para la Policía cambio esta vez cuando lo emplazaron para una requisa a la cual ya se había acostumbrado.
Camuflados en diferentes partes de sus prendas hallaron, en total, 45 dosis de bazuco y 26 de marihuana lo cual resultó suficiente para entregarlo a la justicia local, bajo los cargos de fabricación, tráfico y porte de estupefacientes.
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