Nicolás García, gobernador de Cundinamarca[/caption]
Por estos días se estudia la viabilidad de los terrenos donde sería construida la trascendental solución de salud para millones de personas del país.
Una verdad de apuño: ningún gobernante de los estados del mundo se salva de este inesperado golpe que nos dio la vida. Todavía no se ha establecido si fue un castigo Divino, el ejercicio diabólico de algunas mentes descompuestas que, seguramente van a llegar al quinto pailón de los infiernos.
Lo cierto es que las economías cayeron en desgracia, la productividad perdió toda su fuerza y el consumo llegó a límites asombrosos porque el medio circulante desapareció del bolsillo de la gente.
En Europa ya hablan de un nuevo orden y buscan medios para mantener la estabilidad de la moneda y evitar un colapso de consecuencias mayúsculas en todo el planeta.
Volvimos a sonreir.
Muchos seres humanos tenían represadas risas, sonrisas y carcajadas, cantos y gritos de emoción. Pero, claro, volvió el futbol y el ciclismo. Egan, Nairo y Supermán López están pulverizando las montañas europeas y en pocos días comienza el Tour de Francia, la prueba por etapas más importante del mundo.
Estas emociones nos sacan de tanto comentario sobre el virus. Que los rusos le ganaron a todos los científicos la carrera por la vacuna; que los gringos ya la tienen y están produciendo en varios laboratorios las cantidades necesarias para atender las demandas en los Estados Unidos y los países de América Latina que ya están haciendo cola para adquirir los biológicos.
Por lo menos volvimos a sonreír con las sensaciones de nuestros escarabajos y luego tendremos propias que le pertenecen al ser humano para vivir con grandeza y dignidad.
*Imagen Jhon Jairo Hortúa tomada de El Espectador La revocatoria es imposible
por: Omar Gamboa

Nicolás García, gobernador de Cundinamarca[/caption]
Por estos días se estudia la viabilidad de los terrenos donde sería construida la trascendental solución de salud para millones de personas del país.
Una verdad de apuño: ningún gobernante de los estados del mundo se salva de este inesperado golpe que nos dio la vida. Todavía no se ha establecido si fue un castigo Divino, el ejercicio diabólico de algunas mentes descompuestas que, seguramente van a llegar al quinto pailón de los infiernos.
Lo cierto es que las economías cayeron en desgracia, la productividad perdió toda su fuerza y el consumo llegó a límites asombrosos porque el medio circulante desapareció del bolsillo de la gente.
En Europa ya hablan de un nuevo orden y buscan medios para mantener la estabilidad de la moneda y evitar un colapso de consecuencias mayúsculas en todo el planeta.
Volvimos a sonreir.
Muchos seres humanos tenían represadas risas, sonrisas y carcajadas, cantos y gritos de emoción. Pero, claro, volvió el futbol y el ciclismo. Egan, Nairo y Supermán López están pulverizando las montañas europeas y en pocos días comienza el Tour de Francia, la prueba por etapas más importante del mundo.
Estas emociones nos sacan de tanto comentario sobre el virus. Que los rusos le ganaron a todos los científicos la carrera por la vacuna; que los gringos ya la tienen y están produciendo en varios laboratorios las cantidades necesarias para atender las demandas en los Estados Unidos y los países de América Latina que ya están haciendo cola para adquirir los biológicos.
Por lo menos volvimos a sonreír con las sensaciones de nuestros escarabajos y luego tendremos propias que le pertenecen al ser humano para vivir con grandeza y dignidad.
*Imagen Jhon Jairo Hortúa tomada de El Espectador 





