Habían centrado su actividad criminal en Fusagasugá, Soacha, Silvania, Ricaurte, Nilo y Girardot
En total cayeron en poder de las autoridades siete personas aparentemente comprometidas en secuestro express, hurto agravado y robo de automotores entre otros ilícitos.
Los resultados fueron alcanzados mediante trabajos de inteligencia y operativos (Gerberth II ) conjuntos de la Policía y Fiscalía a lo largo de los últimos meses.
Parte de esta estructura ya había sido impactada, según anticipan las autoridades.
“En la Fase I, habían sido capturadas cinco personas que también pertenecerían a esta organización y fueron afectadas con medida de aseguramiento”, señala reporte oficial.
Seguimientos
Tras la captura de los primeros posibles integrantes de la banda, las autoridades profundizaron su trabajo siguiendo numerosos pistas en su poder.
Identificaron a otros sospechosos, y sobre ellos montaron labores encaminadas a establecer su grado de compromisos con el crimen.
Les siguieron el rastro hasta conectarlos con episodios ocurridos en Fusagasugá, Silvania, Soacha, Nilo, Girardot y Ricaurte.
Supieron de casos en los cuales, haciéndose pasar por trabajadores, albañiles y otros menesteres, accedían a fincas y casas campestres.
Los atracos
Una vez adentro de los lugares seleccionados para el atraco y seguros de que mantenían el control, sometían a sus víctimas amenazándolas con armas de fuego y cortopunzantes.
Los despojaban de las pertenencias de valor, al igual que de vehículos los cuales eran llevados Bogotá para ser desguazados y vendidos por partes.
También los despojaban de tarjetas débito para saquear las cuenteas. En otros casos desarrollaban llamadas extorsivas a los familiares de sus víctimas.
“Los hechos materia de investigación ocurrieron el 8 y 29 de octubre de 2020, el 7 y 25 de noviembre de 2020, y el 13 de diciembre de 2020”, indica reporte de la Fiscalía.
Cabecillas
Por ahora no se tiene claridad sobre el papel de cada uno de ellos; lo cierto es que los agentes identificaron a los alias el Patrón o Boligoma como los posibles cerebros de los trabajos delictivos.
“Desde los centros carcelarios se presentaban como comandantes de algún grupo guerrillero”, para negociar la liberación de los secuestrados.
El trabajo investigativo igualmente identificó a otro grupo de personas quienes facilitaron sus cuentas bancarias para hacer efectivo el giro de las extorsiones.
Es probable que más personas caigan dentro de las investigaciones en manos del Gaula y la Fiscalía.
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