Quienes lo conocen dicen que Juan David Marulanda Jaramillo "El Empalador", es un tipo desproporcionalmente grosero con la población femenina. Alegan que jamás ocultaba sus improperios cuando al referirse a una mujer se trataba.Insistir en narrar y repetir los hechos, es inoportuno para la mujer víctima de la salvajada. Por eso desde Noticias Día a Día, nos interesamos en averiguar datos que puedan apuntar al perfil conductual del individuo y que estas informaciones sirvan para identificar desde que comportamientos "que muchos naturalizamos", se pueden desencadenar en actos violentos de esta magnitud. “El Empalador”, oriundo del departamento del Huila, “es un vicioso a sustancias psicoactivas; se manejaba en ese mundo”, poseía un verbo machista, irresponsable y violento, afirman personas que aseguran haber interactuado con él. Incluso antes del hecho había pasado por centros de rehabilitación de drogas y control de ira. En uno de ellos conoció a su última víctima. De estos lugares escaparía en más de una oportunidad, siempre al asecho de mujeres; al parecer, sus fichas eran menores o chicas con edades mentales fáciles de vulnerar y persuadir. "Muchas veces hablar con él era asqueroso, decía sin reservas todo lo que se imaginaba con las chicas y algunas de sus fantasías eran aterradoras", continuó diciendo un conocido del agresor (anónimo). La paternidad golpeó a su puerta por segunda vez “muchos pensamos que esto lo haría cambiar”, sin embargo, todo indica que los intentos de rehabilitación y el hecho de ser papá, no fueron razones suficientes para salir de las malas andanzas. Con varias de sus anteriores parejas, habría terminado por razones de violencia a la mujer, aunque consultada su identidad en las bases de datos policiales, se evidenció que no tenía anotaciones; presumiblemente, ninguna se atrevió a denunciarlo como ocurre en muchos de los casos. "Él sabía a quién interceptar, era un zorro vestido de oveja", apuntan. Marulanda Jaramillo, sedujo a su víctima, posiblemente valiéndose de su condición mental, desprovista de asistencia a la cual muchas veces él mismo, la limitó. Pronunciamientos muchos: La Policía de Cundinamarca y Autoridades de Fusagasugá se pronuncian en rechazo al caso de María Camila Gómez Rey. Frente a la opinión pública, este abominable hecho merece de un castigo ejemplarizante y solicitan a las Autoridades Judiciales, todo el peso de la ley. “El Empalador”, Juan David Marulanda Jaramillo; podría enfrentarse a una pena de hasta 30 y 40 años de cárcel por el delito de Feminicidio Agravado en Tentativa. Desde el conocimiento del crimen contra la joven, Autoridades Gubernamentales, Movimientos de Mujeres y Organizaciones No Gubernamentales, han solicitado al Ente Acusador (Fiscalía General de la Nación), celeridad en el proceso. Lea: Casi mató a golpes y empaló a la novia en Fusagasugá, Cundinamarca Marulanda Jaramillo está en el Distrito Uno de Policía de Fusagasugá, en una de las celdas de aprehensión preventivas; según se observó en vídeo publicado por el comandante de la Policía de Cundinamarca, coronel César Ovidio Castro Guerrero, esperando se haga efectiva la Boleta de Encarcelación de la Juez que ordenó su encierro en Recinto Penitenciario de Fusagasugá; hasta tanto se cumpla la última audiencia, donde posiblemente se dictamine la pena y sitio de reclusión definitivo. Sin la intervención del Estado o Ejecutivo Colombiano, este proceso podría tomar un par de semanas; entretanto el rechazo y el caso sigue retumbando en las redes sociales y sentir del gentilicio fusagasugueño. La Alcaldía, Concejo y la Personería de Fusagasugá aseguraron acompañamiento a la mujer víctima y a sus familiares, desde el punto de vista psicológico. Este caso también afloró la necesidad de abrir más instancias de protección a la mujer en Fusagasugá, entendiéndose que es la capital del Sumapaz, uno de los territorios del departamento de Cundinamarca con mayor incidencia de agresiones contra las mujeres y el género. A pesar de las diligencias, todo parece indicar que ni las publicaciones de “ni una más”, “los plantones” y tantos “acompañamientos”, han dado los resultados deseados. Existe la imperiosa necesidad de desarrollar operativos más contundentes para lograr un territorio de Mujeres con Rostros Libres de Violencia, donde los medios de comunicación, también colocaríamos nuestro aporte.
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