En el marco de la Semana por la Paz y del Día Nacional de los Derechos Humanos, la comunidad de Altos de Cazucá Soacha vivió una jornada conmemorativa en la que la siembra fue protagonista como acto simbólico de unión y esperanza.

En el asentamiento Brisas de la Esperanza se sembraron cerca de 50 árboles, un gesto que refleja el compromiso de los habitantes por cuidar la vida y proyectar un mejor futuro para niñas, niños, jóvenes y familias del sector. La jornada también incluyó un compartir comunitario que fortaleció la solidaridad y el sentido de pertenencia entre los participantes.
La paz como siembra
Estudiantes y docentes de la Institución Educativa Julio César Turbay Ayala se sumaron con talleres y una siembra en la huerta escolar, recordando que, al igual que una semilla, la paz necesita cuidado, compromiso y solidaridad para crecer fuerte y florecer en la comunidad.

Cada planta sembrada se convierte en un legado vivo de esperanza, unión y respeto, un recordatorio de que la paz se construye con pequeñas acciones cotidianas que invitan a soñar con un mundo mejor desde el colegio y la comunidad.
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La jornada denominada “Esperanza Viva” contó con el respaldo de la Defensoría del Pueblo, que desde 2017 acompaña el Observatorio de Paz de Cazucá, un espacio creado para fortalecer procesos comunitarios y promover la defensa de los derechos humanos en este territorio.
