En un esfuerzo por revitalizar la tradición cafetera de Cundinamarca, se ha puesto en marcha un ambicioso proyecto que busca renovar 786 hectáreas de cultivos de café en el departamento. Este plan, respaldado con una inversión de $3.779 millones, beneficiará a 1.571 unidades productivas ubicadas en 34 municipios de la región, marcando un hito significativo para la caficultura local.
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El secretario de Agricultura de Cundinamarca, Marcos Barreto, destacó que el propósito del proyecto es implementar técnicas avanzadas de siembra y fertilización para elevar la calidad del grano. Las expectativas se centran en posicionar a Cundinamarca como un productor de cafés especiales que cumplan con las exigencias del mercado internacional.

La financiación de esta iniciativa proviene de varias fuentes: la Gobernación de Cundinamarca ha comprometido $1.864 millones, los municipios cafeteros aportarán $995 millones, y la Federación Nacional de Cafeteros contribuirá con $920 millones. Esta colaboración interinstitucional es clave para el éxito del proyecto.
Los municipios que participarán en esta transformación incluyen Albán, Pacho, Anolaima, Paime, y Bituima, entre otros, sumando un total de 34 localidades comprometidas con el crecimiento del sector caficultor. Este esfuerzo no solo se centra en aumentar la producción sino también en adoptar prácticas agrícolas más sostenibles, asegurando un impacto positivo a largo plazo.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, junto al Comité de Cafeteros de Cundinamarca, lideran este proyecto que busca sentar las bases para una caficultura más moderna y competitiva. La renovación de cultivos es solamente un componente de un plan más amplio de fortalecimiento del sector.
Este impulso contribuirá a la mejora económica de las comunidades rurales, generando empleo y promoviendo prácticas amigables con el medio ambiente. La articulación de esfuerzos entre el gobierno departamental, los municipios y la Federación Nacional de Cafeteros es un ejemplo de cómo la cooperación puede crear un futuro más esperanzador para los caficultores.
El enfoque integral del proyecto también contempla la introducción de tecnologías que optimicen los recursos y minimicen el impacto ambiental, asegurando la sostenibilidad de los cultivos en el futuro. Este ambicioso acuerdo representa un paso decisivo hacia la modernización de la caficultura en Cundinamarca.
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