La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha tomado medidas decisivas para proteger la integridad de una significativa área forestal en La Vega, al implementar dos acciones preventivas que suspenden inmediatamente las actividades agrícolas en tres predios específicos. Estos predios, localizados en la vereda El Dintel, pertenecen al Distrito de Manejo Integrado (DMI) Cuchilla El Chuscal, una zona reconocida por su valor ambiental y su rol crucial en la conservación de recursos naturales.
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Un informe técnico elaborado por especialistas de la Dirección Regional Gualivá de la CAR reveló que alrededor de 20 hectáreas se utilizaban para el cultivo de papa. Esta actividad agrícola involucraba el uso de maquinaria pesada y fungicidas, prácticas que, según el informe, impactan negativamente no solo en el ecosistema de la reserva sino también en los recursos hídricos locales. Entre estos recursos destaca la quebrada Sabaneta, un afluente esencial para el acueducto del Alto del Vino y el municipio de La Vega.

El director regional de Gualivá, Gratiniano Suárez, enfatizó que dichas actividades están explícitamente prohibidas bajo el Plan de Manejo Integrado del distrito. "Estas prácticas comprometen gravemente nuestros recursos forestales y las fuentes hídricas del área", afirmó, subrayando la necesidad de salvaguardar el medio ambiente.
Para contrarrestar el daño ambiental ocasionado y promover la recuperación de la zona, la CAR iniciará un conjunto de acciones dentro del Plan de Intervención Socioambiental (PISA). Este esfuerzo se centrará en la recuperación y restauración del entorno mediante la introducción de especies nativas, con el objetivo de restablecer los servicios ecosistémicos cruciales para la región.
El enfoque en la restauración ecológica refleja un compromiso con la sostenibilidad y la protección a largo plazo de las áreas naturales protegidas. La intervención se enfoca en:
- Recuperación de la cobertura vegetal con flora nativa.
- Protección de las fuentes de agua afectadas.
- Educación y sensibilización de la comunidad sobre prácticas agrícolas sostenibles.
El caso resalta la importancia de la cooperación entre autoridades ambientales y comunidades locales para garantizar que las actividades económicas no comprometan el equilibrio ecológico. Por ahora, las medidas adoptadas por la CAR ilustran un esfuerzo concertado para preservar los recursos naturales de Cundinamarca y asegurar un uso responsable de los suelos en áreas protegidas.
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