En un giro Positivo hacia la autosuficiencia nutricional, más de mil núcleos familiares que forman parte del programa de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito han decidido tomar las riendas de su futuro económico y sanitario. Estas familias, articuladas en una iniciativa de gran envergadura, han comenzado la producción de "Bienestarina Más Nuestra", un complemento nutricional diseñado para cambiar la cara de la alimentación en las zonas rurales.
Este innovador complemento alimenticio se elaborará a partir de cultivos estratégicamente escogidos por su valor nutricional, implicando la utilización de 4.112 hectáreas de yuca y 490 de sacha inchi. La elección de estos cultivos es fundamental para el doble propósito del proyecto: luchar contra la desnutrición infantil y, simultáneamente, posicionar a estas familias como protagonistas en la producción alimentaria nacional.
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La iniciativa se alinea con el reforzamiento del presupuesto del Programa de Alimentación Escolar (PAE) para 2024, anunciado por el presidente Gustavo Petro, y refleja la determinación del Gobierno del Cambio de hallar soluciones de raíz a las problemáticas sociales.
Desde la planta de producción del ICBF localizada en Sabanagrande, Atlántico, emerge la esperanza encarnada en la "Bienestarina Más Nuestra". Este es más que un producto; es un símbolo de avance hacia la seguridad alimentaria y la dignificación del trabajo campesino.
La directora del ICBF, Astrid Cáceres Cárdenas, resalta la importancia de este hito. Se trata de un enfoque dirigido a fortalecer localmente la cadena alimentaria, proveyendo de alimentos ricos en nutrientes a los infantes, y a su vez, comprometiéndose con la inclusión de insumos nacionales en el circuito de producción.
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