El emblemático oso de anteojos, Tamá, protagonizó un inesperado viaje en septiembre de 2022, que no solo cautivó la atención de Colombia, sino que también significó un punto de inflexión en su vida. Residiendo cerca del parque Jaime Duque en Tocancipa, Cundinamarca, Tamá decidió emprender una aventura por la libertad, llevando a las autoridades ambientales a emitir una alerta para la comunidad. La búsqueda de más de dos semanas culminó con su hallazgo y reubicación al Santuario de Osos de Anteojos en Guasca, un refugio para otros ejemplares de su especie.
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Este episodio no solo demostró la capacidad de adaptación de Tamá, un oso de 175 kilos y ocho años, a la vida silvestre, sino que también marcó el comienzo de un ambicioso plan para su reintegración a la naturaleza. El veterinario y director del santuario, Orlando Feliciano, expresó a AFP el profundo significado del escape de Tamá y la oportunidad de libertad que ahora se le brinda.
La Fundación Parque Jaime Duque, mediante sus plataformas digitales, anunció que un equipo multidisciplinario de biólogos y médicos veterinarios está dedicado a la rehabilitación de Tamá, con la meta de devolverlo a su hábitat natural. Este proceso involucra un meticuloso entrenamiento para asegurar que Tamá pueda valerse por sí mismo en la naturaleza.
Una vez que Tamá esté listo, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, junto con las comunidades cercanas a la reserva de Chingaza, potencial nuevo hogar para Tamá donde habitan otros 130 osos de anteojos, tomarán la decisión final sobre su liberación. A pesar de la incertidumbre sobre la fecha exacta, los preparativos continúan, promoviendo la integración de Tamá con el entorno y las comunidades locales.
El impulso hacia la libertad de Tamá se desencadenó tras el daño en su jaula causado por la caída de un árbol en el zoológico Jaime Duque. Su habilidad para trepar y marcar árboles, junto con su preferencia por las bromelias, evidencia su instinto natural y sus posibilidades de adaptación a la vida silvestre. Daniel Rodríguez, biólogo de la Fundación Wii, destacó la capacidad de supervivencia del oso, un aspecto fundamental para su futura reintegración.
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