Un debate pendiente. Las tasas de interés bancario en Colombia son confiscatorias. ¿Qué tan difícil es regularlas?: ¡Mucho! La banca neoliberal es el poder detrás del trono.
Opinión
Por: Octavio Quintero
El Fondo Monetario Internacional (FMI), la Meca del capitalismo financiero, ahora pasa por alto sus recetas ortodoxas a los países urgidos de enfrentar la devastación de la pandemia que hace un año largo azota al mundo, dejando una debacle ecosocial no vista en tiempos modernos.
El Banco Central de Colombia (Banco de la República --BR) siguiendo, tal vez, esa orientación, entre marzo y sept/2020 redujo su tasa de intermediación desde 3,75 a 1,75 con la intención, se suponía, de estimular a la baja, en la otra cara de la moneda, las tasas de interés de la banca privada a los clientes: personas y empresas.
Si una política monetaria expansiva, y tasas de interés bajas, son la clave para enfrentar esta cruel situación, tanto más mortal cuanto más nos vamos acostumbrando a ella, entonces:
1-¿Por qué el Gobierno Duque se aferra a la ortodoxia monetaria y rehusa pedir un préstamo al BR de largo plazo? Y,
2-Por qué, aún más grave, permite unas tasas comerciales de interés confiscatorias de la banca privada, tanto más duras cuanto más débil sea el prestatario?
No cabe en la imaginación común y corriente. Es como si, a propósito, quisiera mantener bajo presión económica a las personas y empresas. Solo una suspicacia así, explicaría también que, rayano a la locura, presentara una reforma tributaria que detonó el estallido social de ahora.
No ha habido corresponsabilidad entre la generosa tasa de intermediación que mantiene el Emisor con la comercial que la banca impone a sus clientes, considerando, inclusive, que les bonificó casi 10 billones de pesos, bajándoles los encajes en cuentas corrientes, de ahorro y CDT.
Sería dispendioso exponer en detalle el tema, pues, hay tantas tasas como entidades financieras, multiplicadas por las modalidades que tiene cada una: consumo, microcrédito, crédito ordinario, preferencial y de tesorería.
Pero, tomando el Banco de Bogotá, que lidera las utilidades del sector, su tasa de interés de consumo era del 20,49%, efectivo anual (ea), en 07.05.2021.
Ese mismo día, la DTF (ea) –tasa de captación de ahorros-- era del 2,71%. Es decir, este banco tenía un margen de intermediación (veces en que la tasa efectiva supera la pasiva) de 7,6: un escándalo por donde se mire.
Pero contengan la respiración: la tasa de interés en microcrédito, de este mismo banco y para la misma fecha, era del 53,23% ea, es decir, con un margen escalofriante de intermediación de 19,7 veces la pasiva.
¿Por qué razón?: por el curioso ÍTEM “Riesgo Financiero” que, al deducir que un pobre tiene menos posibilidades que un rico de pagar el préstamo, entonces el riesgo que se corre se traduce en mayor tasa de interés. Como quien dice: ya que tiene dificultad en “honrar” el préstamo, entonces, quiébrese más rápido.
Eso explica el gran negocio de la banca colombiana, inclusive, en plena pandemia: el único sector económico que gana de día y de noche: 24 horas 7 días… ¿Qué tan difícil es regular esas tasas?: ¡Mucho! La banca en Colombia es el poder detrás del trono.
Fin de folio: El dueño del Banco de Bogotá, Luis Carlos Sarmiento Angulo, el hombre más rico de Colombia, recibió subsidio a la nómina en varias de sus empresas para no tener que despedir personal.
Imagen tomada de Vanguardia
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