El peligroso cargamento venía de Holanda posiblemente con la intención de distribuirla en el país durante la celebración del Halloween, según las primeras investigaciones de la Policía Nacional que logró interceptar 20 mil dosis de narcóticos de perverso efecto dentro de los consumidores. La iban a distribuir en bares y discotecas de Bogotá y posiblemente en poblaciones vecinas de Cundinamarca; era mantenida en una residencia del barrio Teusaquillo hasta donde llegaron agentes antinarcóticos del cuerpo uniformado.
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