Por: Luis Hurtado
Más de 6.000 personas, once años de trabajo y una inversión de 1 billón de pesos hicieron posible la obra de infraestructura más importante en la historia de Colombia: el túnel de La Línea.
La construcción conecta al puerto de Buenaventura con el centro del país.
Implicó la perforación de 200.000 metros cúbicos de roca y requirió de maquinaria especializada debido a las características especiales de la cordillera central, así como de la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales con capacidad para tratar 200 litros por segundo.
Otras características
La excavación del túnel piloto se realizó en 2008 y en agosto de 2009 comenzaron los trabajos del túnel principal ubicado a 2.400 metros sobre el nivel del mar y a 900 metros de profundidad bajo el alto de La Línea.
El trabajo fue emprendido por ingeniería netamente colombiana, con más de 6.000 personas entre quienes se encontraban ingenieros civiles, ambientales topográficos, mecánicos, eléctricos y de sistemas.
Se requirió retirar 1.000.000 de metros cúbicos de roca, lo cual permitió abrir un boquete para el ingreso del túnel similar al de un apartamento de 100 metros cuadrados y emplear 40.000 toneladas de acero para soportar su estructura, que una vez construida fue recubierta con 450.000 metros cúbicos de concreto.
Desde el Gobierno
La Ministra de Transporte, Ángela María Orozco Gómez, dijo que “el túnel de La Línea es el proyecto que ha tenido la mayor cantidad de estudios en etapa de estructuración en la historia del país, porque contaba con diseños definitivos en fase 3, estudios de diseños y geo-física adicionales a los exigidos por la normatividad e incluso con la licencia ambiental antes de su licitación, lo que demuestra la seriedad y el compromiso del Gobierno con el proyecto y la tenacidad de los héroes que sacaron adelante las obras”.