*Protección animal en Cundinamarca; implementan estrategia para fortalecer medidas encaminadas a detener el maltrato mascotas, al igual que con miras a impulsar procesos de conservación de la biodiversidad.
Del programa se supo en desarrollo de la Cumbre de Sostenibilidad e Innovación Ambiental adelantado con el propósito de diseñar estrategias encaminadas a proteger la flora y fauna.
Precisamente, ese evento facilitó la revisión de las condiciones en las cuales se hallan las políticas en esa materia, a partir de lo cual comenzarán a ser redactadas las estrategias a seguir.
La iniciativa, presentada por el Instituto de Protección y Bienestar Animal de Cundinamarca, IPYBAC, planteó un debate que mire todos los frentes, particularmente los que tocan a las mascotas.
Protección animal en Cundinamarca

Las autoridades y organizaciones cívicas avanzaron en la consolidación de un programa integral encaminado a articular la protección de mascotas y fauna en el departamento.
Bajo el lema “Una Sola Salud – Un Solo Bienestar”, la estrategia pretende detener el maltrato a los animales, reducir los impactos de las especies ferales en los ecosistemas y fortalecer la cultura ciudadana en torno al respeto hacia todas las formas de vida.
La iniciativa fue presentada oficialmente por el Instituto de Protección y Bienestar Animal de Cundinamarca (IPYBAC) durante la reciente Cumbre de Sostenibilidad e Innovación Ambiental. El evento congregó a expertos, instituciones y autoridades ambientales en torno al reto por garantizar un desarrollo equilibrado entre comunidades humanas, fauna y recursos naturales.
El Programa Integral evalúa el Manejo Humanitario de la Población de Perros y Gatos en áreas estratégicas de conservación. También busca frenar la sobrepoblación de animales domésticos en condición de calle, al igual que pretende mitigar los efectos que estos pueden generar sobre especies silvestres.
Las acciones
En agenda se encuentran varios puntos sobre la cuales comenzarán a trabajar de manera inmediata:
-Identificación de territorios en conflicto: se priorizarán municipios donde la interacción entre comunidades, fauna silvestre y animales domésticos ha generado mayores dificultades.
-Estudios poblacionales de perros y gatos: los diagnósticos permitirán orientar campañas de esterilización y control poblacional.
-Educación ciudadana: programas pedagógicos sobre tenencia responsable, adopción consciente y convivencia armónica.
-Atención médico-veterinaria: jornadas gratuitas de vacunación, esterilización y brigadas móviles en áreas rurales y urbanas.
-Sistemas de trazabilidad: implementación de microchips para identificar animales ferales y domésticos.
-Alianzas estratégicas: trabajo conjunto con universidades, autoridades ambientales y organizaciones sociales para impulsar la investigación aplicada.
De acuerdo con Tatiana Jiménez Villegas, líder del Observatorio de Protección y Bienestar Animal de Cundinamarca (OPYBAC), este programa contiene elementos fundamentales. Todos ellos son fundamentales en la intención por “armonizar la convivencia entre humanos, animales y ecosistemas”.
Según explicó, el bienestar animal no puede desligarse de la salud pública ni de la preservación de la biodiversidad: por esa razón la estrategia tiene un enfoque integral que atiende lo propuesto.
Antecedentes
El compromiso de Cundinamarca con el bienestar animal no es nuevo. Desde hace más de una década, el departamento viene impulsado iniciativas para frenar el maltrato y avanzar en procesos de educación ciudadana. En 2016, la creación de la Policía Ambiental y Ecológica en distintos municipios permitió atender denuncias relacionadas con abandono, explotación y tráfico ilegal de fauna.
Tres años después, en 2019, el departamento participó en la formulación de la Ley 1774 de 2016. La disposición reconoció a los animales como seres sintientes en Colombia y endureció las sanciones contra el maltrato. Posteriormente, en 2021, se consolidó el Instituto de Protección y Bienestar Animal de Cundinamarca (IPYBAC). Pasó a ser la primera entidad departamental con rango institucional dedicada exclusivamente a esta materia.
La experiencia acumulada permitió diseñar el actual programa, que se articula con el Plan de Desarrollo Departamental “Cundinamarca, Región que Progresa”, impactando directamente en 13 de sus 29 estrategias.
Casos similares en Colombia
La problemática de la sobrepoblación de perros y gatos en condición de calle no es exclusiva de Cundinamarca. Ciudades como Medellín y Bogotá han adelantado proyectos de esterilización masiva y creación de observatorios de bienestar animal.
En Medellín, por ejemplo, la Secretaría de Medio Ambiente ha ejecutado programas que incluyen atención médica gratuita, campañas educativas y la creación de la Unidad de Cuidado Animal.
Por su parte, Bogotá cuenta con el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA). Es pionero en Colombia en la implementación de políticas de identificación con microchips y en el fortalecimiento de la cultura de adopción.
En el ámbito nacional, el Ministerio de Ambiente ha promovido la iniciativa “Colombia Biodiversa”, que resalta la importancia de reducir el impacto de los animales ferales sobre especies silvestres. Mira, con especial atención, las aves, reptiles y pequeños mamíferos en riesgo de extinción.
Todo lo anterior sirven como referentes para el programa de Cundinamarca, que busca adaptarlos a las particularidades del territorio, especialmente en áreas rurales y zonas de reserva natural.
Impacto en los ecosistemas
La presencia de perros y gatos ferales en áreas de conservación ha sido documentada como una de las principales amenazas para la biodiversidad en el departamento. Estudios adelantados por el Observatorio OPYBAC señalan que estas especies, al no tener control poblacional, pueden afectar la supervivencia de aves endémicas, pequeños roedores y reptiles.
El programa integral plantea acciones concretas para mitigar estos riesgos, combinando la atención veterinaria con el fortalecimiento de la cultura ciudadana. Además, busca que las comunidades se conviertan en aliadas de la conservación, entendiendo que el respeto hacia las mascotas también incide en la salud de los ecosistemas.
Uno de los pilares de la estrategia es la educación ciudadana. El IPYBAC ha señalado que, sin un cambio cultural profundo, cualquier esfuerzo de esterilización o atención médica será insuficiente. Por ello, se impulsarán campañas en colegios, universidades y comunidades rurales.
Busca desincentivar el abandono de mascotas; promover la adopción responsable, fomentar la vacunación y esterilización como actos de cuidado y sensibilizar sobre la importancia de proteger la fauna silvestre.
En palabras de Mauricio Vargas Madrid, profesional del programa, “solo cuando entendamos que la salud de las personas, de los animales y del ambiente está interconectada, podremos hablar de un verdadero bienestar colectivo”.