Varios sectores del municipio de Chipaque, en el departamento de Cundinamarca, enfrentan desde el sábado 6 de septiembre una compleja situación a raíz de una serie de movimientos en masa y deslizamientos en la vereda Caraza y áreas aledañas. El reporte inicial del Cuerpo de Bomberos de Cundinamarca precisó que los equipos de emergencia y personal de la Alcaldía de Chipaque acudieron a la zona de La Herradura, donde comprobaron un proceso activo de remoción en masa que involucra el desplazamiento traslacional de tierra y la presencia de material vegetal desprendido. Esta situación ha requerido una intervención inmediata de los organismos de socorro y de los entes administrativos del municipio para asegurar la integridad de la comunidad local y prevenir mayores afectaciones en la infraestructura.
El panorama en la zona se ha visto agravado por señales de afectación sobre servicios públicos. Según información de la Delegación Departamental de Bomberos, en el parqueadero de La Herradura se observó que varios postes de energía, presuntamente con líneas de alta tensión, presentan una inclinación que pone en riesgo la continuidad y la seguridad del suministro eléctrico. El administrador del sector afectado notificó a la empresa Enel Colombia sobre la situación, aunque hasta el momento las labores de respuesta no han avanzado, generando inquietud en las autoridades y los habitantes ante la posibilidad de interrupciones eléctricas y peligros asociados a la infraestructura comprometida.
Al mismo tiempo, el movimiento de tierras y vegetación producto de los deslizamientos ha tenido repercusiones directas sobre el principal corredor de comunicación terrestre entre el centro y el oriente del país. La vía Bogotá–Villavicencio, especialmente en el kilómetro 18+500, ha sido impactada por procesos similares de remoción en masa. Ante esto, la Concesionaria Vial Andina (Coviandina), encargada de la operación y el mantenimiento de la carretera, implementó un riguroso control de tráfico a nivel del punto afectado como medida preventiva para garantizar la seguridad de los usuarios de la vía y del personal operativo.
El desarrollo de los acontecimientos durante el 7 de septiembre reportó un agravamiento en las condiciones del corredor vial. Coviandina confirmó que las lluvias y la inestabilidad geológica ocasionaron la caída de material sobre ambos sentidos de la vía, provocando un cierre total entre los kilómetros 18+300 y 18+600. Los equipos de la concesionaria intensificaron las tareas de limpieza y remoción de escombros, aunque advirtieron que dichas labores solo son ejecutadas en condiciones favorables de seguridad y meteorología. En este contexto, la vía permanece sin una hora determinada de reapertura, y se mantiene un monitoreo constante tanto por el operador vial como por las diferentes entidades gubernamentales departamentales y municipales.
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Para entender la dimensión y el alcance de la situación, se pueden identificar los siguientes puntos clave:
- Zonas afectadas: vereda Caraza y el sector de La Herradura en Chipaque; kilómetro 18+500 de la vía Bogotá–Villavicencio.
- Intervención de entidades: Cuerpo de Bomberos de Cundinamarca, Alcaldía Municipal de Chipaque, Delegación Departamental de Bomberos, administración local, concesionaria Coviandina y la empresa Enel Colombia.
- Problemas originados: Remoción en masa de tierra y vegetación, desplazamiento de material sobre la vía, postes de energía eléctrica con riesgo ante pérdida de inclinación, cierre total del tráfico vehicular en ambos sentidos en el corredor vial.
- Medidas adoptadas: Presencia y verificación en terreno por parte de grupos especializados, informes y notificaciones a operadores de servicios públicos, cierres preventivos y protocolización de limpieza en la vía.
- Restricciones actuales: suspensión indefinida del paso vehicular en el tramo afectado, con evaluación permanente por parte de Coviandina y autoridades locales.
Fuentes departamentales señalaron que se están adaptando constantemente los protocolos de respuesta, dependiendo del comportamiento climático y geológico, factores que siguen siendo determinantes para la ejecución de trabajos de despeje y verificación de estructuras en riesgo. El gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, indicó que según los pronósticos, el tránsito por la vía al Llano podría restablecerse en horas de la tarde, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan y no se presenten nuevos eventos de remoción o caída de material.
El monitoreo de riesgos e infraestructura en zonas de riesgo continúa siendo una prioridad para las autoridades de Cundinamarca ante la recurrencia de eventos de remoción en masa, especialmente en época de lluvias. Los organismos de emergencia mantienen comunicación constante con las empresas responsables de los servicios públicos, los operadores viales y las comunidades ubicadas en zonas de influencia, con el fin de emitir alertas tempranas y coordinar tareas de evacuación o atención ante cualquier eventualidad adicional. Hasta el momento, las entidades no han dado información sobre afectaciones personales, y las labores de remoción, atención y evaluación siguen adelante en todos los puntos críticos identificados.
Por último, la situación continúa evolucionando y las autoridades mantienen protocolos activos de seguimiento. Quienes transiten habitualmente por el corredor Bogotá–Villavicencio están llamados a mantenerse atentos a los comunicados oficiales emitidos por Coviandina, los organismos de gestión de riesgos y el gobierno departamental, para conocer la evolución en los trabajos y la condición de seguridad en la vía, así como para prever rutas alternativas o ajustes en los itinerarios.
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