El municipio de Cota, con aproximadamente 27.000 habitantes, cerró el año pasado con ingresos por $248 mil millones, lo que pareciera ser el paraíso ciudadano, donde la escasez no es la excusa de ningún gobernante; pero nada más lejos de la realidad, y es que ese jugoso presupuesto, se ha convertido en una especie de “maldición” para ese municipio y sus habitantes.
Opinión*
Por: Leidy Barrera Camargo
Veeduría Siembra Cota
La bonaza económica se ha convertido en el despertar de una insaciable ambición, no solo de sus gobernantes de turno que cada período constitucional aumentan el endeudamiento gastando a manos llenas, sino para una porción de población perteneciente a familias tradicionales de Cota.
Estas parecen siempre enlistadas para apoderarse, sin ninguna vergüenza ni medida, de la burocracia que desangra el presupuesto al lado del séquito de foráneos que llegan cada 4 años, como el paquete clientelista que les empaca la politiquería tradicional a cada alcalde.
Cota, que tiene sin lugar a equivocación la burocracia más grande de Cundinamarca (comparativamente en términos de extensión y de habitantes), ocupó el año pasado un lugar vergonzoso en su desempeño integral, quedando en el puesto 588 a nivel nacional y en el puesto 88 a nivel departamental, hecho que no se compadece con el exorbitante gasto en funcionamiento de ese municipio.
Es un municipio que tiene problemas de suministro de agua, problemas de alcantarillado, problemas de movilidad, un municipio que luce con un tapete de heces fecales de perro y semovientes por todas sus calles, un municipio que no impone ninguna medida al desorden vehicular, carros por todo lado, en andenes, en calles, sin ningún control.
Un municipio donde se encuentra basura por doquier, con un comercio desorganizado, bullicioso, invasor del espacio público y una aterradora contaminación visual. Es Cota un municipio, donde peatones, bicicletas y hasta motos, comparten el andén. El desorden imperante es símbolo de la corrupción que lo azota.
Son innumerables las denuncias por supuesta corrupción en este municipio, sin que ningún organismo de control arroje resultado alguno, hecho que rebosó la copa y el hastío de los ciudadanos del común, que padecen a diario la ineficaz ejecución de obras, la ineficacia y la incapacidad administrativa, incluso para resolver pequeños problemas.
El 21 de febrero la comunidad de Cota recibe la terrible noticia de que su imponente serranía del Majuy, fue apuñalada vilmente como resultado de un contrato de condiciones especiales entre la constructora AMARILO y la empresa EMSERCOTA, que en pro de ahorrarle costos a la mencionada constructora, la alcaldía de CARLOS JULIO MORENO y la empresa de servicios públicos, aceptaron el cambio de viabilidad de servicios públicos del proyecto PONTE VERDI, que en la administración del exalcalde ALEXANDER PRIETO GARCÍA, había sido otorgada la licencia de parcelación bajo la viabilidad de servicios de Aguas de la Sabana, fue cambiada por la actual administración a licencia de construcción con viabilidad de EMSERCOTA, lo que generó las obras de AMARILO, literalmente rompiendo el cerro para conectar su tubería al suministro del municipio.
La comunidad rompió en cólera y las obras fueron suspendidas por la Inspección de Policía, frente al lavado de manos de la administración municipal, justificando que ni ellos, ni EMSERCOTA tenían conocimiento, posición que consideran las veedurías desmentida no solo por el contrato de condiciones especiales, sino por la declaración de AMARILO en la diligencia policiva del viernes 1 de marzo, donde en sus descargos adujeron que ellos no requerían ningún permiso, que este estaba implícito con la firma del contrato.
La publicación de un video de la veedora PATRICIA DELGADO RODRÍGUEZ y los concejales MARCO UMAÑA Y JAVIER QUEVEDO (del Polo Democrático Alternativo y la Alianza Verde, respectivamente), desde el sitio del desastre ambiental, para denunciar este hecho -desataron el apuro del alcalde- quien corrió el fin de semana después a intentar desmentir el asunto, con poco éxito, toda vez que la presencia de la veedora, Patricia, allí, para increparlo, desató su furia, terminado esto en una agresión verbal del mandatario contra esta ciudadana, que ha dedicado su estancia en Cota, a defender los intereses de la comunidad de su vereda y del municipio.
No se reponía el pueblo de Cota de semejante puñalada, cuando ya se fraguaba en el Concejo Municipal, la aprobación de un proyecto presentado por el alcalde CARLOS JULIO MORENO GÓMEZ, para imponer un impuesto y una sobretasa al alumbrado público.
Las veedurías ciudadanas en coordinación con los dos concejales de oposición, hicieron un llamado sentido a la comunidad a hacerse presente en el Concejo Municipal, para detener este despropósito, en un pueblo que es uno de los más ricos del país, y que tiene el ingreso per cápita más alto.
El proyecto tuvo unos aplazamientos para la continuación de los debates debido a la intervención de la comunidad, incluso, hubo una advertencia de inconstitucionalidad del proyecto, por parte abogada ALBA LUCÍA VELASQUEZ HERNANDEZ, por incluir la destinación de recursos para alumbrado navideño, en un impuesto en el que la ley es clara, es de destinación específica.
El 28 de febrero cuando aparentemente todo estaba listo para la aprobación del mencionado proyecto, la comunidad en inusitado acto de empoderamiento ciudadano, acudió al concejo Municipal de Cota, con carteles y consignas no solo rechazando el impuesto, sino exigiendo el archivo inmediato del proyecto, so pena de no retirarse del recinto.
La comunidad exigía indignada a los cabildantes y les advertía que no permitirían ese acto de traición, porque eran ellos quienes los habían elegido. La comunidad de Cota, puso en orden la democracia, y les recordó quién es el jefe supremo, como la llama la veedora ciudadana LEIDY BARRERA CAMARGO.
Todo parecía volver a la calma, pero no era así, el pueblo de Cota, retomó las banderas, y fue así como en cabeza del señor MARIO ACEVEDO DUARTE, reconocido agricultor del municipio, se agotó la paciencia de la comunidad de la vereda Pueblo Viejo, después de 1 año de soportar las demoras y la ineficacia en la construcción de un colector, que le cuesta al municipio la suma de 37.000 millones de pesos.
Los agricultores, debido al deplorable estado de la vía han visto gravemente afectada su actividad económica, y varias personas cayeron en la quiebra, debido a que sus negocios dependen de las personas que pasan por el lugar.
La comunidad no soportó más - y en cabeza del señor Acevedo- protestaron bloqueando la glorieta de la variante en la que confluyen vehículos que vienen de Suba y la calle 80, para dirigirse hacia Cota, Chía y otros municipios de la sabana.
Los agricultores y el resto de la comunidad exigían la presencia del Alcalde, que ya no aceptarían más promesas incumplidas, después de una llamada del secretario de gobierno, Fredy Silva, en la que se transmitía el mensaje del alcalde, para hacer una reunión en la vereda el día lunes, la comunidad levantó el paro.
Es así, como el pueblo de Cota, ante la ineficacia administrativa y de los organismos de control, decidió tomarse la democracia por sus propias manos, y es que es ese el camino verdadero a la derrota de la corrupción, poner la democracia al derecho.
LEIDY BARRERA CAMARGO
VEEDURÍA SIEMBRA COTA
NOTA DEL EDITOR: Sobre este tema fueron consultados tanto la Alcaldía de Cota como la constructora Amarilo. De momento no ha sido posible alcanzar una respuesta.
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