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¿Cómo saldar la deuda con los jóvenes?

por: Omar Gamboa

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Representatividad de la juventud en Colombia: un desafío de todos. Los hechos de los últimos meses confirman que es necesario prestarles oídos a los jóvenes Opinión Por: Andrés Arias Ante los recientes hechos de malestar social, uno de los desafíos más urgentes es garantizar que los jóvenes hagan parte de las instancias políticas y de participación. Para lograr esto, es necesario consolidar una serie de reformas políticas que permitan una mayor representatividad de los jóvenes en los diferentes escenarios políticos – entre ellos el Congreso –. Si fallamos en esto, fenómenos como la marginalización sistemática y el desinterés por los asuntos públicos en los jóvenes, seguirán siendo una constante en nuestra democracia. Las elecciones legislativas y presidenciales del 2018 demostraron que los jóvenes no se sienten representados por el poder político actual; el 43,8% de la población juvenil del país no participó en las elecciones.

Estadísticas

A esto se añade que, según las recientes encuestas realizadas por el DANE acerca del panorama sociodemográfico de la juventud en Colombia, las causas por las cuales los jóvenes no votaron en estas elecciones fueron por dos: en primer lugar, porque no se sienten representados. Muestra de ello es que el 32% de los jóvenes no lo hicieron por desinterés (votar); agregado a lo anterior, el 46,3% estableció que desconfía en la clase política actual. En segundo lugar, hay una desconfianza en el proceso electoral; el 21,7% estableció que hay una falta de credibilidad en el proceso electoral y sus diferentes etapas. De ahí se infiere que, a pesar de los esfuerzos, las instancias de representación siguen siendo restringidas para los jóvenes generalizando un sentimiento de marginalización sistemática en los asuntos públicos. Muestra de ello, es que de los 172 representantes que tiene Colombia tan sólo el 2,9% (5) tienen menos de 30 años. No sólo la ausencia de representantes jóvenes es preocupante; también su inclusión en las políticas públicas. Un informe de la ONG Youth Policy Review dice que, a pesar de que hay incipiente diseño de políticas para la juventud en Colombia, estas no cuentan con la participación real de las juventudes. Esto ha derivado en malestar social reflejado en las movilizaciones y en la formación de movimientos estudiantiles como escenarios de participación informales.

Más espacios

Hoy en día en Colombia estamos ante un contexto cambiante; los jóvenes han logrado dinamizar la agenda pública de los últimos dos años y han logrado fortalecer el debate público en torno a la desigualdad, la educación, la salud mental y el mercado laboral. No sólo en espacios como las movilizaciones y los diálogos resultantes de estas, sino también desde los movimientos estudiantiles, escuelas de liderazgo y universidades. También en semilleros de investigación, ONG e instancias de participación que poco a poco institucionalizan las entidades públicas; allí que pueden participar activamente de su ciudadanía. Para capitalizar este contexto, es importante que los espacios gubernamentales estén abiertos para que estos incipientes esfuerzos se reflejen en la democracia, y haya una mayor representatividad de la juventud en las diferentes ramas del poder público.

Argumentos

Sin embargo, esta iniciativa – ya presentada en el Congreso – fue rechazada por algunos sectores políticos. Dos de las razones por las cuales el proyecto fue rechazado fueron: primero, se argumentó que las capacidades cognitivas son insuficientes para ocupar un cargo de tal trascendencia. Y, segundo, la falta de experiencia en asuntos públicos. No sólo los argumentos resultan inválidos por el contexto en el que nos encontramos, en donde, como expusimos antes, los jóvenes han demostrado ser protagonistas del escenario político y social colombiano. También porque hay que modificar la visión que se tiene de los jóvenes colombianos. En contraprestación en Colombia, para ser alcalde o gobernador, en el artículo 86 de la ley 136 de 1994, dispone que: “Artículo 86.- Calidades: Para ser elegido alcalde se requiere ser ciudadano colombiano en ejercicio y haber nacido o ser residente en el respectivo municipio o de la área correspondiente área metropolitana durante un (1) año anterior a la fecha de la inscripción o durante un período mínimo de tres (3) años consecutivos en cualquier época”.

Candidatos

“Elevando a la dignidad de la persona a ordenador del gasto y direccionador de la inversión en la entidad territorial, lo cual genera un compromiso similar e incluso en algunos ámbitos superior a la función de ser Congresista de la Republica. Casos como el de Bogotá como Distrito Capital, el cual tiene un presupuesto de 23,9 billones de pesos, lo cual supondría una responsabilidad mayor, que no se restringe para los jóvenes. Por consiguiente, será necesario insistir en el Congreso de la República, revaluar esta iniciativa anteriormente rechazada atendiendo a las necesidades contemporáneas de nuestra juventud Para tal finalidad se requiere tener una voz en la Cámara de Representantes que persista hasta que se logre este objetivo para los jóvenes de nuestro país. En Colombia, ser joven parece ser una desventaja; aún se tiene la visión generalizada de minusvalía por el concepto de la edad. Esto resulta en dinámicas discriminatorias frente a este grupo poblacional. Para ilustrar esto con un ejemplo hay que mencionar que estas connotaciones se suelen reflejar en cómo se construyen las leyes y las políticas públicas dirigidas a la juventud.

Obstáculos

Naturalmente, el desconocimiento de la diversidad de problemas que afronta esta, genera políticas que se orientan – de forma discriminatoria – a enfrentar numerosos problemas Entre ellos la criminalidad, la drogadicción y los embarazos prematuros pero no a aprovechar las capacidades, habilidades y diversidad de nuestros jóvenes. Por consiguiente, considero que se puede ampliar la visión que tenemos de nuestra juventud, nuestras iniciativas legislativas y políticas públicas pueden nutrirse de las visiones, intereses y posiciones de los jóvenes representantes. En nuestro contexto particular – Cundinamarca – el nuevo liderazgo, movimiento del cual hago parte, ha logrado incorporar liderazgos juveniles en el Departamento: concejales, alcaldes y diputados jóvenes, que estamos dispuestos a trabajar en pro de los derechos de la juventud cundinamarquesa. Sin embargo, hay mucho por hacer; el desafío de la representatividad es una labor de todos y, considero que, desde el Congreso, hay muchos debates que se pueden resolver en beneficio de la juventud. Ahora; es oportuno plantear algunas soluciones a estas dinámicas desde el Congreso de la República. Uno de los desafíos deberá ser plantear una propuesta legislativa que tenga como finalidad reformar la Constitución, particularmente en lo referente a los límites de edad para ser elegidos representantes.

Las normas

Actualmente la Constitución en el artículo 177 establece que: “Para ser elegido representante se requiere ser ciudadano en ejercicio y tener más de veinticinco años de edad en la fecha de la elección”. Sin embargo, reducir este límite a 18 años puede dinamizar la democracia y solucionar algunos de los problemas de representatividad. Así mismo, para el Senado, es pertinente hacer una reforma a la Constitución en el artículo 172 el cual establece que “se requiere ser colombiano de nacimiento, ciudadano en ejercicio y tener más de treinta años de edad en la fecha de la elección”. Esta reforma debe establecer que se elimine el límite de edad para que también tengamos senadores jóvenes. De interés: Inició la aplicación de tercera dosis de vacunas contra el Covid Cundinamarca: Paquete de obras para Sabana Centro Artistas funzanos reciben incentivos económicos de parte de la Alcaldía Cundinamarca: Activan Policía Metropolitana de la Sabana Estrategia para impulsar competitividad industrial en Cundinamarca  

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