Tras décadas de abandono en las que el transporte por carretera y el aéreo dominaron, el tren resurge en la conversación nacional como una alternativa viable y sostenible para reactivar el turismo interno. Si bien los vuelos económicos ampliaron el acceso a destinos, también evidenciaron la necesidad de diversificar el transporte frente a la congestión vial y el alto costo ambiental del tránsito aéreo.
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Una solución que combina historia, sostenibilidad y desarrollo
El ferrocarril, que alguna vez fue un símbolo de progreso y conexión regional, se presenta ahora como una solución que combina la historia, la sostenibilidad y el desarrollo regional. Los trenes turísticos ofrecen una experiencia cultural en sí misma y la oportunidad de revitalizar comunidades que crecieron alrededor de las estaciones. El patrimonio ferroviario, con sus túneles, puentes y estaciones, es una parte esencial de la memoria colectiva. Recuperar estas rutas históricas no solo rescata la identidad nacional, sino que genera oportunidades económicas. Mientras los vuelos se enfocan en grandes ciudades, los trenes pueden unir destinos rurales, naturales y culturales, ofreciendo una experiencia distinta y complementaria.
Beneficios de la movilidad lenta y consciente
Viajar en tren invita a desacelerar, disfrutar del paisaje y reconectarse con el entorno, siendo ideal para el turismo de naturaleza, aventura y cultura. Además, desde el punto de vista ambiental, el tren es uno de los medios más sostenibles: emite menos dióxido de carbono por pasajero y reduce la dependencia de combustibles fósiles, encajando con la tendencia global del turismo responsable.
Los proyectos ferroviarios no solo impulsan la hotelería y la gastronomía local, sino que generan empleo durante la construcción y operación. La inversión ferroviaria, como demuestran ejemplos exitosos en América Latina (Tren de las Nubes en Argentina, Tren Crucero en Ecuador o Tren Macho en Perú), puede ser rentable y sostenible. Además, fomenta la descentralización al distribuir el flujo de visitantes hacia zonas menos exploradas.
Desafíos y el futuro: integración intermodal
La reactivación no está exenta de dificultades, incluyendo la falta de mantenimiento de las vías, la antigüedad del material rodante y la necesidad de una inversión considerable. Es fundamental establecer un marco legal y administrativo claro que facilite las alianzas público-privadas.
El futuro del turismo sostenible requiere una red de transporte diversa y eficiente. La clave está en la conectividad intermodal, integrando trenes, buses y aerolíneas regionales, lo que facilita el desplazamiento, reduce costos y emisiones. Los trenes turísticos también pueden actuar como corredores logísticos para pequeñas economías regionales, facilitando el traslado de productos agrícolas y artesanales. Apostar por el tren es una apuesta por una movilidad lenta, accesible, cómoda y segura para todos los viajeros, incluyendo familias y personas mayores. La recuperación del ferrocarril es vista como una herramienta poderosa para reconstruir vínculos entre regiones y abrir nuevas rutas hacia la sostenibilidad y la integración.
