En un esfuerzo mancomunado de alta especialización, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y la Unidad de Rescate y Rehabilitación de Animales Silvestres (URRAS) de la Universidad Nacional de Colombia están implementando una técnica de vanguardia para el cuidado de crías de fauna silvestre. Biólogos, médicos veterinarios y zootecnistas se unen en esta labor, utilizando estrategias de camuflaje que buscan reforzar las conductas y hábitos propios de la especie en los animales recién nacidos.
El método, que puede parecer curioso pero responde a una rigurosa técnica de rehabilitación, involucra el uso de disfraces y elementos que imitan la presencia de otros animales adultos, no humanos. Los profesionales se equipan con máscaras que simulan picos, guantes forrados con plumas y trajes que imitan piel y otras texturas. Este camuflaje es clave para evitar que los neonatos, altamente vulnerables, desarrollen vínculos de dependencia con los seres humanos.
Las causas de ingreso: Orfandad, ataques y cautiverio ilegal
Anualmente, un flujo constante de animales silvestres, muchos de ellos neonatos, ingresa al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre (CAV) de la CAR y a la URRAS. Estos ejemplares llegan a menudo huérfanos por diversas causas. Otros son víctimas de ataques por fauna doméstica, principalmente perros, o sufren atropellos en las carreteras. Una tercera categoría de rescates proviene de situaciones de cautiverio ilegal, donde los animales fueron sometidos a prácticas nefastas como malas alimentaciones o mutilaciones graves. Estas mutilaciones pueden incluir la amputación de plumas en aves, la extracción de los colmillos de primates o la mutilación de falanges en felinos silvestres.
Evitar el acostumbramiento a los humanos
La rehabilitación de neonatos representa uno de los mayores retos en la conservación. Estas crías exigen cuidados especializados, incluyendo una alimentación frecuente y constante, calor y atención prolongada durante largos periodos de tiempo. Si durante este proceso establecen un contacto directo y sin restricciones con las personas, ciertas especies pueden generar un acostumbramiento hacia los humanos. Este acostumbramiento compromete seriamente sus posibilidades de adaptación y supervivencia al momento de su liberación en el entorno natural.
La técnica de camuflaje y el uso de disfraces son la respuesta directa a este riesgo biológico. Al ocultarse tras estos elementos, los profesionales se aseguran de que los neonatos no reconozcan a los humanos como su fuente de alimento o compañía. El objetivo es minimizar la interacción con la especie humana; cuanto menor sea esta interacción, mayor será la probabilidad de que las crías sobrevivan en su entorno natural al crecer y ser liberadas.
Criterios para una liberación exitosa y el trabajo conjunto
Alfred Ignacio Ballesteros, director de la CAR, explicó los rigurosos criterios para una liberación exitosa: “Para que un animal regrese a su hábitat debe demostrar que recuperó su salud y que es capaz de valerse por sí mismo, además de temer y huir de los seres humanos”. El director añadió que aquellos animales que, por presentar alteraciones biológicas permanentes o lesiones graves, no pueden sobrevivir en libertad, permanecen en el CAV bajo el cuidado veterinario continuo.
El Director Ballesteros destacó la sinergia interinstitucional: “La labor conjunta entre la CAR Cundinamarca y la Universidad Nacional, a través de URRAS, ha permitido fortalecer esta estrategia de rehabilitación que combina ciencia, creatividad y compromiso con la conservación”. Recalcó que el uso de disfraces no es un recurso aislado, sino parte de un proceso más amplio que incluye un diagnóstico veterinario exhaustivo, tratamientos médicos especializados y un seguimiento riguroso que se extiende hasta el momento preciso de la liberación.