La ciudad de Bogotá se prepara para presenciar la transformación de uno de sus espacios más emblemáticos, el Complejo Deportivo y Cultural de El Campín, con la promesa de catapultar a la capital hacia un futuro de recreación y cultura de talla internacional. No obstante, dicha promesa se ve envuelta en un manto de controversia y debate.
El Complejo Deportivo y Cultural de El Campín está a punto de enfrentar un facelift integral, una propuesta ambiciosa que promete remodelar el corazón deportivo de Bogotá. Pero esta visión de futuro no ha llegado sin sus detractores, quienes argumentan que el proyecto se encuentra bañado en disyuntivas financieras y dilemas sociales.
Este proyecto, con un presupuesto estimado en $2,4 billones de pesos, busca modernizar un área de 174.000 m2, creando un punto de encuentro que se convertirá en el epicentro de la actividad cultural, turística, recreativa y deportiva en la metrópoli bogotana.
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Blanca Durán, al timón del Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), subraya el compromiso de la ciudad en posicionarse como una urbe líder en estas áreas, procurando un beneficio directo a sus ciudadanos. La adjudicación del proyecto se enmarca en un esfuerzo por atraer eventos de envergadura global y fomentar un urbanismo de avanzada.
Con la construcción del nuevo estadio, el proyecto contempla también espacios multifacéticos donde comercio, entretenimiento y negocios convergerán. La propuesta incluye un edificio con locales comerciales, un pabellón de eventos, área de coworking, un centro de E-sports, salas de cine, restaurantes y zonas de entretenimiento para todas las edades, así como oficinas y un hotel que albergará 100 habitaciones para acoger a visitantes. Todo ello bajo una concesión de 29 años.
El inicio de la preconstrucción está programado para enero de 2024, con una concesión que arrancará la documentación y trámites necesarios, dando pie a las obras en enero de 2025 con una duración estimada de tres años y medio. La expectativa es que en 2028, Bogotá pueda disfrutar de las nuevas instalaciones.
El estadio actual, con una capacidad cercana a las 37.000 personas, será demolido en tres etapas. La primera contempla la eliminación total de la tribuna oriental, seguida por las tribunas norte y sur, y finalmente la occidental, que se transformará para ofrecer palcos VIP y nuevos espacios comerciales, elevando la capacidad a 45.000 espectadores.
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