Por: Alejandro
A lo largo del último año las comunidades de la vereda Palmar Arriba le han solicitado al alcalde local, Ernesto Robayo Guerrero, que adelante trabajos de mantenimiento de la vieja estructura peatonal ubicada en el sector el Cedro sobre la quebrada Quineria, pero, según advierten, no ha sido posible que atienda la petición. Ese puente es permanentemente utilizado por habitantes de la zona incluyendo niños, tercera edad y mujeres quienes, por el avanzado deterioro del viaducto, se encuentran en inminente riesgo.
Lo que viene ocurriendo es más o menos similar a los previos de la tragedia registrada el pasado lunes 9 de enero en la vereda Carmen de Villavicencio, cuando un puente colgante se vino abajo precisamente por aparente falta de mantenimiento como vienen advirtiéndose en Manta. En ese hecho de la capital del Meta murieron 5 personas entre ellas varios niños.
“Por dicho puente pasan niños y niñas que van a estudiar, gente adulta y de la tercera edad, a través del cual mueven productos de primerísima necesidad, sus cosechas, queso etc. Familias que constantemente lo utilizan”, dice una de las personas consultadas por este medio informativo.
Ante esa circunstancia y debido a la negativa del mandatario local por adelantar las obras urgentes es que los habitantes de la zona y mediante intervención del concejal Wilson Avendaño decidieron adelantar ellos mismos los trabajos correspondientes; no quisieron esperar más a que se presente una tragedia.
Recaudaron dineros para adquirir los elementos necesarios en los trabajos y, estiman, que en una o dos semanas comenzarán a remplazar el tablado que ya se encuentra marcadamente deteriorado dejando expuesta a las comunidades especialmente a niños y la tercera edad.
El puente, como se indicó, se encuentra sobre la quebrada Quineria, tiene una extensión aproximada de 33 metros y se cuelga a una altura de por lo menos 25 metros.
Según comentan otras fuentes el alcalde Robayo había prometido en campaña que una de sus tareas en caso de ser elegido era precisamente arreglar este y otros puentes rurales.
En la imagen se observa con claridad -marcadas con las flechas- el grado de franco deterioro de las tablas de madera las cuales pueden ceder de un momento a otro ante el peso de un peatón que caería al vacío y a una altura de por lo menos 25 metros.
Usuarios de la tercera edad cruzan con riesgo el puente colgante que no ha recibido mantenimiento por largos años.