Entre $25 y $26 billones aspira a recaudar el gobierno Petro con los ajustes a los impuestos generales. La suma permitirá financiar los compromisos del Estado, particularmente en el frente social.
La propuesta pasó sin mayores sobre saltos y en medio de “tibia” oposición de algunos sectores, entre ellos Cambio Radical. El documento fue radicado por el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, poco después de la posesión del nuevo mandato.
Para las autoridades económicas, la Reforma es necesaria dentro de la intención de atender en debida forma responsabilidades de la Casa de Nariño. Sus compromisos tienen que ver con salud, generación de empleo, vías y asistencia alimentaria para muy buena parte de la población en extrema pobreza.
El Centro Democrático presentó ponencia negativa, pero ésta fue negada. Ante esa circunstancia y a “pupitrazo” el proyecto se resumió a 75 artículos visados en el Parlamento Nacional. El original contaba con 96 puntos.
Productos gravados
Una primera ojeada reseña a los procesados y azucarados con el mayor peso tributario. Aparecen muy buena parte de los elaborados a parir de la leche; los embutidos y originarios de la carne, excepto el salchichón, la mortadela y butifarra.
La confitería, el cacao y sus derivados; los productos de panadería, pastelería y galletería. Cereales “en grano o en formas de copos” tendrán que tributar. Los elaborados con fécula o almidón; las hortalizas preparadas o en conserva (excepto el vinagre). Igual sucederá con los procesados a partir de frutas y cortezas y derivados de plantas.
Gravados también quedarían las confituras, jaleas, mermeladas, purés y pastas de frutas al igual que aquellos con adición de azúcar y edulcorantes o alcohol.
Igual sucede con preparaciones de salsa, salsas preparadas, condimentos, sazonadores, harinas de mostaza y mostaza preparada. Los helados correrán igual suerte.
Evasión fiscal
De acuerdo al proyecto, quienes eludas estas responsabilidades con el Estado se harán acreedores a duros castigos cuyas proporciones aún no han sido claramente definidos.
Tendrán que cancelar tributos las empresas residentes en el país; es decir, no tiene en cuenta si su origen es extranjero. Quiere decir que pagarán teniendo en cuenta el sitio en donde desarrollen su actividad comercial (ventas en Colombia), y no por la sede de la matriz.
Igual deberán aportarle a la Dian las “personas naturales extranjeras o no residentes que generen ingresos en el país”.
Para controlar la evasión, el Gobierno comprometió mayores esfuerzos, asunto para el cual la aumentará la nómina de la Dian.
El proyecto de Reforma Tributaria continuará su tránsito en el Congreso.
