Opinión. Por: Octavio Quintero - Red GES
Dicha extravagancia financiera, auspiciada por el Estado, contribuye a perpetuar el círculo vicioso de la pobreza en Colombia. En conclusión, cuando el gobierno habla de lucha contra la pobreza, un punto de honor en los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030), es mentira monda y lironda.
Falacia que no solo sirve al gobierno para armar discursos demagógicos (populistas, dicen ahora), sino al sector financiero, subsidiario directo de ese maltrato consentido con los más pobres, que se compara, sin mucha diferencia, con el popular gota a gota que padecen centenas de miles de trabajadores independientes, luchando por llegar a fin de mes…
Hace poco celebró 10 años de operaciones el banco, Bancamía, y en la ceremonia, la vicepresidente Marta Lucía Ramírez expresó: “… gracias por haber hecho tanto por Colombia” (cita tomada de un boletín oficial de la entidad financiera).
Uno no sabe si tildar de ironía o abuso, o las dos cosas, cuando en el mismo boletín, Bancamía subraya que en el 2008 se juntaron “tres entidades sin ánimo de lucro … para crear el primer banco de microfinanzas de Colombia con la misión de facilitar el acceso al sistema financiero a los microempresarios de menores ingresos”.
Pues, miren en el cuadro siguiente el ‘desánimo’ de lucro que profesan los dueños de ‘Bancamía’, un muy apropiado nombre jurídico, si solo hablamos de los barones financieros:
