“Aplastante mayoría” aprobó cambiar el contenido de la Carta Magda de la nación austral. El 79.9% respaldó la iniciativa cuando han sido escrutados el 60% de los votos, cifras que hacen imposible una decisión contraria.
Así, un nuevo paso en esa dirección será adoptado el 11 de abril del año que viene cuando los chilenos nuevamente acudan a las urnas, esta vez para elegir a las 155 personas que se encargarán de redactar la nueva constitución.
Los constituyentes tendrán un plazo de 9 meses para cumplir su misión, plazo que podrá extenderse por tres meses más según previos acuerdos.
Posteriormente, en el 2.022, será convocada una nueva votación, esta vez para que la ciudadanía decida si aprueba o rechaza lo redactado por los 155 ciudadanos encargados de ajustar o redactar una nueva Carta Mayor.
El procesos de este domingo se extendió dos horas más como resultado de la aplicación de las medidas preventivas por la pandemia dispuestas por las autoridades sanitarias y acogidas por el Servicio Electoral, SERVEL.
La afluencia de votantes fue “mucho mayor” a lo esperado por los analistas, quienes previeron importante participación pero, lo visto a lo largo de la jornada, se quedaron cortos en sus pronósticos.
Este domingo los chilenos decidían si optaban por un cambio radical de la Constitución vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), señalada como la responsable de las marcadas desigualdades sociales en la nación austral, según la crítica.
Los cambios en la Ley de Leyes tienen origen en las protestas de octubre del año pasado, cuando Chile vivió duras jornadas de protestas en todo el país; agrias jornadas que dejaron cerca de 30 muertos y miles de heridos.
Temprano el presidente Sebastián Piñera había pedido a sus conciudadanos “respaldar la opción de sus preferencias”, observando que la “mayoría de los chilenos quieren perfeccionar la constitución”.
Dentro de los cambios se destacan aspectos relacionados con la salud, la educación, la concentración del poder y de los capitales, aspectos que son comunes en algunos países en América Latina. 
