El sistema de salud en Colombia se debate en una grave crisis por cuenta de la corrupción, le está chupando la sangre a los multimillonarios recursos que se mueven en el sostenimiento de éste vital sector en el país.
Opinión
Por: Por: Juan Carlos Calderón España
Ahora, se nos vino encima el manejo de las vacunas contra la plaga Covid-19 que tiene en vilo al mundo, con cifras en muertos que ya llega a los 2.4 millones de víctimas.
El Ministerio de Salud y Protección Social ha decretado que “identificará y habilitará a los prestadores de servicios de salud que cumplen con las condiciones para gestionar la vacunación y entregará esa información a las entidades responsables del aseguramiento en salud y a las secretarías de salud departamentales o distritales o a la entidad que haga sus veces, según corresponda, para que verifiquen si están dentro de su red de prestadores y se adelanten las acciones correspondientes para garantizar la vacunación de su población asegurada”.
Actualmente, con la denominada y oscura migración de usuarios, que maneja a dedo, el Superintendente Nacional de Salud, el cuestionado y controvertido Fabio Aristizábal Ángel, existe una considerable población en el país, sobretodo en municipios de tercera, cuarta, quinta y sexta categoría, que se hallaba afiliada en la EPS de su confianza y, de un día para otro, ante la intervención y liquidación del Supersalud a no pocas EPS, esos ciudadanos, amanecieron perteneciendo a una EPS de su no preferencia (la afiliación a las EPS para los usuarios es soberana y un derecho inalienable de los colombianos), sometiendo a la gente a un auténtico viacrucis.
Ante tamaño caos que se ha generado en el sistema de salud en el país a cuenta de las famosas migraciones de usuarios, hoy hay ciudadanos quienes deben recibir atención prioritaria por sus tratamientos especializados o cuadros clínicos delicados, que no cuentan en sus municipios con un prestador de servicio competente y que garantice los tratamientos, asunto que ha llevado a varios pacientes a la muerte, en una nueva modalidad del paseo de la muerte.
Con éste antecedente llega la urgente vacunación en Colombia por cuenta de la pandemia, cuyos responsables finales en gran medida, serán las EPS, manejadas de manera sospechosa por los denominados mercaderes de la salud, quienes se hicieron a los jugosos recursos que se mueven en la salud en Colombia, asunto que hoy tienen en el ojo del huracán a Fabio Aristizábal Ángel, Superintendente Nacional de Salud y a un grupo de compinches privilegiados que desangran los recursos ciudadanos a través de un auténtico cartel de la salud en Colombia.
Cualquier persona de bien, puede pensar que la buena voluntad de los funcionarios públicos reina en una crisis tan grave como la que ha generado la pandemia, pero la realidad es otra. No falta la gente inescrupulosa que no conoce la palabra solidaridad.
Hago un llamado urgente para que Fiscalía, Procuraduría y Contraloría presten la mayor atención al manejo que se le van a dar a las vacunas en el país… porque estamos ante aves de rapiña que no conocen de ética ni del sentido humanitario que debe acompañar a todo ciudadano de bien. 
