“Todo lo sólido se desvanece en el aire”: Shakespeare. Los expresidentes colombianos, principales protagonistas de la política, queman sus últimos cartuchos (ojalá) en la contienda política de este 2022. Los más chamuscados: Uribe y Gaviria.
Opinión
Por: Octavio Quintero
Insisten algunos voceros del Pacto Histórico, llegados a última hora, en que para asegurar el triunfo en primera vuelta de la fórmula presidencial Petro-Francia, hay que contar con el apoyo del expresidente César Gaviria.
Para entrar en contexto, fue Gaviria quien en 1990 introdujo en Colombia el modelo neoliberal del que, 32 años después, podemos sacar dos conclusiones de bulto: 1. La consolidación de una oligarquía comandada por el sistema financiero; 2. La eclosión de una pobrería que hace de Colombia el país más desigual de Latinoamérica, con un nivel de pobreza y pobreza extrema bordeando el 50% de su población.
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Amerita agregarle que, como director del Partido Liberal (PL), el resultado también es deplorable: liquidó su vocación de poder y lo plegó al ultraderechista expresidente Uribe de quien dijo, en la campaña del 2014, que tenía “las manos untadas de sangre”… Ese es el tamaño de ética y moral de este expresidente; y no digamos más, porque el tema es otro.
César Gaviria, responsable de la quiebra del campo
Pues, este personaje, experto, además, en manipular la prensa nacional, se arroga el derecho de anteponer “líneas rojas”, como, –obvio--, no al cambio de modelo económico y no a una constituyente, a condición de apoyar la campaña presidencial de Petro. Tal condicionamiento tiene expectante al petrismo más progresista, pues, está claro que sin tocar el modelo económico, resulta imposible sacar reformas sociales que puedan revertir la desigual repartición del poder y los beneficios del producto interno bruto del país concentrados en la cúpula dominante.
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Buena parte de lo que hoy se conoce como Pacto Histórico (PH), estima que la base electoral del progresismo da para ganar la Presidencia en primera vuelta sin vetar a nadie, pero tampoco sin hacer concesiones que pongan en riesgo el cambio expresado, a costa de vidas, mutilados y perseguidos políticamente en las sucesivas explosiones sociales, exacerbadas en este este gobierno Duque, pero también, antes, como la estigmatizada huelga agraria contra el TLC en 2013, de la que Santos expresó: “Ese tal paro no existe”. Hoy, su principal protagonista, César Pachón, es senador por el PH.
Sendos documentos, alrededor de este tema, se expidieron simultáneamente:
1-Comunicado de Gaviria, ante la irrebatible declaración de Francia Márquez, fórmula vicepresidencial de Petro, que lo tacha de neoliberal y socio principal de la oligarquía cleptócrata que enteca la justicia social del país;
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2-Del Comité Político Liberal (CPL) que confirma en que las bases del liberalismo, y sus dirigentes más progresistas, ya están por dentro del PH.
En el primero, el expresidente se declara ofendido y da por terminado todo intento de acercamiento a la campaña de Petro: En el segundo, el CPL desconoce la dirigencia jurídica del expresidente en el PL, y manifiesta su decisión de acompañar el programa del PH.
Obviamente este último pronunciamiento no ha tenido resonancia en los medios tradicionales, y poca en los alternativos.
Fin de folio.- El municipio de Nóvita (Chocó – Colombia), bloqueado por la guerra entre paras y narcos, no tiene por donde entrar alimentos, y su población pide corredor humanitario para no morir de hambre. El presidente Duque anuncia ayuda, pero para la población de Ucrania.
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