La diferencia entre una persona normal y corriente con una persona publica, principalmente radica en que ésta última, por su visibilidad, se convierte en un sujeto de admiración o de crítica. Ese punto de diferencia es el que debemos sopesar los que de una u otra forma nos atrevemos a levantar la cabeza para opinar, aspirar a ser elegidos en cargos políticos o públicos, escribir, demandar y denunciar.
(más…)Juego sucio en campañas políticas o verdades que duelen.
por: Alejandro