Una inspección conjunta a cargo de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y la Policía Nacional culminó con la suspensión inmediata de operaciones en una curtiembre en la vereda Chingacío, ubicada en el municipio de Chocontá. Durante la revisión se constató el vertido ilegal de aguas contaminadas hacia el río Bogotá, lo que ha generado alarma en las autoridades ambientales.
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La operación, liderada por la Unidad Integrada de Gobernabilidad Ambiental (UIGA), identificó que el establecimiento realizaba sus procesos de curtido sin contar con el tratamiento previo de las aguas residuales ni con los permisos ambientales exigidos. Las evidencias recabadas incluyeron muestras de agua que reflejaron niveles de contaminantes superiores a lo permitido por la normativa vigente.

Entre los elementos hallados en el sitio destacan:
• 18 pieles en proceso dentro de un bombo.
• 38 pieles listas para comercializar.
• 19 ejemplares en tratamiento Wet Blue, que utiliza químicos de alto potencial contaminante.
Además de estos, se encontraron residuos peligrosos como envases con ácidos, lodos activados, y restos de viruta y aserrín dispuestos de forma inadecuada en el área.
El informe técnico realizado por el equipo de la CAR no solo documentó el impacto sobre el río Bogotá, sino que además destacó posibles repercusiones en la biodiversidad acuática de la región. Estas evidencias se complementan con el riesgo derivado de la exposición a metales pesados presentes en el efluente, lo que podría afectar la salud de quienes consumieran productos provenientes de la cadena alimentaria.
Las autoridades ambientales han señalado que la revisión apunta a salvaguardar uno de los principales recursos hídricos de la región. Según los funcionarios, la estrategia de inspección persigue evitar la repetición de prácticas que puedan comprometer el equilibrio del ecosistema y el bienestar de la población.
Como medida correctiva inmediata, se ordenó el cierre de la curtiembre, y se informó que se iniciará un proceso sancionatorio conforme a la legislación ambiental vigente. Esta acción busca prevenir futuros incidentes de vertimientos ilegales y proteger el caudal del río Bogotá.
Las autoridades continúan trabajando en reforzar la vigilancia ambiental en la región, enfatizando la importancia de cumplir con los estándares normativos para resguardar tanto el medio ambiente como la salud pública. La coordinación entre las instituciones involucradas refuerza el compromiso con el cumplimiento de las leyes ambientales y la protección de los recursos naturales.
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