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Incierta apertura del tránsito sobre la vía al llano: construyen paso provisional

por: Omar Gamboa

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*Normalización del tránsito sobre la vía al llano continúa incierto; los deslizamientos de tierra a la altura de Chipaque, oriente de Cundinamarca, son constante pese a las intervenciones de los operarios de Coviandina. Por seguridad suspenden retiro de escombros.

Sobre la compleja condición de la estratégica carretera que conecta el centro y oriente del país se supo en reporte del gobernador Jorge Rey a primera hora de este jueves (11 de septiembre).

“La vía al Llano continúa cerrada sin fecha de reapertura y ya fueron evacuadas seis residencias”, reveló el Mandatario cundinamarqués, una vez fueron revisados los reportes técnicos del caso.

Precisamente, los encargados de la vía, junto a las autoridades departamentales, decidieron abrir un paso provisional. La idea es aliviar, en alguna medida, las dificultades del tránsito sobre esa vía, y los efectos que tal circunstancia causa dentro de la población.

Tránsito vía al llano: no hay fecha de normalización

La fecha de reapertura del paso de vehículos en ese punto es incierta. El deslizamiento de tierra es constante pese a los trabajos adelantados por el grupo de operarios emplazados en el lugar. Tal circunstancia obligó la suspensión temporal de la intervención mientras se fija una alternativa permanente.

Precisamente, el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, suministró un reporte que, de momento, no es alentador. Su informe también advierte sobre la necesidad de trasladar seis viviendas amenazadas por los deslizamientos del cerro.

“La fractura de la montaña representa un riesgo directo para las familias de la zona. En la parte alta el quiebre es cada vez más progresivo, lo que pone en peligro tanto a los habitantes como a la infraestructura de la carretera”, explicó el mandatario.

El escenario no es alentador considerando la importancia de la carretera. Además de ser enlace entre Bogotá y Villavicencio, constituye el paso obligado para el transporte de productos agrícolas, ganaderos y energéticos hacia la capital y otras regiones del centro del país. Según cálculos de la Gobernación, las pérdidas económicas diarias por el cierre superan los $20.000 millones, asunto que repercute en los precios de algunos alimentos en Bogotá.

La Agencia Nacional de Infraestructura, la concesionaria Coviandina y la Alcaldía de Chipaque mantienen reuniones permanentes en el Puesto de Mando Unificado. Decidieron priorizar la habilitación de una variante de aproximadamente 600 metros de longitud, que funcionará como solución provisional en un solo sentido, con pasos alternos y velocidades restringidas.

Advirtió que se trata de una vía estrecha, con curvas angostas, pero que puede servir como alivio temporal mientras se define una solución de fondo.

La montaña sigue cediendo

El desprendimiento de más de 100.000 metros cúbicos de tierra y roca en la vereda Caraza, sector conocido como La Herradura, en Chpaque, mantiene en máxima alerta a las autoridades. Los movimientos de tierra y lodo no se limitan a un evento puntual; se trata de un proceso progresivo que se reactiva cada vez que los equipos intentan retirar material de la parte baja.

La alcaldesa de Chipaque, Jhoana Moreno Mora, junto con representantes del Comité de Gestión del Riesgo, solicitó la suspensión de las labores de limpieza. Estima que la remoción acelera el “flujo de lodo” afectando la parte alta del talud amenazando a más viviendas. Esta preocupación fue corroborada por el Cuerpo de Bomberos, que transmitió en directo desde la zona mostrando la inestabilidad del terreno.

Por su parte, la ANI y la Concesión se comprometieron a implementar medidas de conducción de aguas y a intensificar el monitoreo geológico y geotécnico para evaluar los riesgos.

“No podemos arriesgar la vida de los habitantes ni la de los operarios”, subrayó Rey. Confirmó que las obras se concentrarán en el carreteable de la vía antigua para habilitar el tránsito provisional en ambos sentidos bajo condiciones de paso controlado.

Los efectos del cierre de la vía van más allá de los retrasos en la movilidad. Transportadores de carga expresaron preocupación. Dicen que los tiempos de viaje se duplican al verse obligados a tomar rutas alternas, como la Transversal del Sisga, que no está diseñada para soportar un flujo masivo de tractomulas y buses intermunicipales.

Así, la economía regional también se resiente. Los productores de arroz, carne, leche, frutas y verduras de los Llanos enfrentan sobrecostos logísticos que terminan trasladándose al consumidor final en Bogotá.

El escenario de hoy, en cierta medida, se ha repetido en anteriores ocasiones. Durante el 2019, un derrumbe en el kilómetro 58 mantuvo cerrada la vía al Llano durante más de tres meses. Tal situación generó pérdidas estimadas en 1,5 billones de pesos y obligó al Gobierno Nacional a implementar subsidios al transporte aéreo hacia Villavicencio.

Más adelante, en el 2021, las fuertes lluvias ocasionaron el cierre intermitente del corredor, dejando represados cientos de camiones y provocando escasez temporal de alimentos en la capital.

Dos años después, en el 2023, el sector de Guayabetal registró nuevos desprendimientos, obligando a diseñar obras de mitigación que, en algunos casos, aún están en ejecución.

Estos antecedentes, según expertos, confirman que la vía al Llano ha sido históricamente vulnerable a los fenómenos de inestabilidad de laderas, agravados por las lluvias intensas y la fragilidad geológica en la zona.

Las decisiones de emergencia en el PMU

En su más reciente sesión, el Puesto de Mando Unificado, en efecto, acordó suspender temporalmente las remociones y enfocarse en la apertura de la variante como única alternativa viable en el corto plazo.

Coviandina informó que los próximos tres días estarán dedicados exclusivamente a adecuar la vía antigua, con el fin de permitir pasos alternos de todo tipo de vehículos, incluidos tractocamiones. El operativo de evacuación de automotores represados en el lugar ya concluyó; ahora avanzan en la señalización y estabilización del carreteable.

Uno de los puntos más sensibles es el riesgo para los residentes de las zonas aledañas. Seis viviendas han sido evacuadas, pero la Gobernación no descarta que este número aumente si la fractura de la montaña continúa extendiéndose. Además del peligro para las familias, existe preocupación por posibles afectaciones a fuentes hídricas locales debido al movimiento de sedimentos y lodo.

En paralelo, los organismos de socorro mantienen brigadas en la zona para garantizar la seguridad de la población. “Estamos en alerta máxima y preparados para una eventual evacuación mayor si la montaña presenta un desprendimiento de mayor magnitud”, explicó un vocero del Cuerpo de Bomberos.

Así, el escenario plantea la necesidad de soluciones de fondo. Expertos en infraestructura y geología han insistido en la urgencia de avanzar en obras de estabilización a largo plazo. Con ello aspiran a reducir la vulnerabilidad de la vía al Llano. Sin embargo, este tipo de intervenciones requieren inversiones millonarias y tiempos prolongados, lo que genera incertidumbre en el corto plazo.

El Gobierno Nacional ha sido enfático en que la vía al Llano no puede seguir siendo un “punto débil” para la conectividad del país.