Suscribirse
Logo noticias dia a dia
×
logoFB logoTT logoIG logoTW logoLI logoYT

Opinión del Exgeneral Óscar Naranjo acerca de las Negociaciones de Paz con el ELN

por: Julian Glevez

opinion-del-exgeneral-oscar-naranjo-acerca-de-las-negociaciones-de-paz-con-el-eln

En el intrincado panorama de la paz en Colombia, un reciente acontecimiento suscita tanto esperanzas como desafíos. Luis Manuel Díaz, padre de la estrella del fútbol Luis Díaz, ha sido devuelto a la libertad tras un cautiverio de 12 días en las espesuras de La Guajira. Este episodio ha provocado una oleada de solidaridad internacional y ha puesto de relieve las complejidades de la negociación con el ELN, grupo implicado en el secuestro, en medio de un cese al fuego.

La liberación de Díaz, que resonó en cada rincón de Colombia y en la comunidad futbolística global, revela los retos que encara el gobierno de Gustavo Petro. El secuestro, obra del ELN, pone a prueba la firmeza de unas conversaciones pacifistas aún en ciernes, especialmente cuando el propio grupo reconoce su dependencia económica de prácticas como el secuestro y la extorsión, que les reportan hasta $18.000 millones mensuales.

Le puede interesar: Descubriendo la Naturaleza Andina: Excursiones Ecológicas en los Senderos de Bogotá

Pero ¿qué rumbo debe tomar el país tras estos hechos? Óscar Naranjo, general retirado y exdirector de la Policía Nacional, expresó a Infobae Colombia la necesidad de una atmósfera de colaboración, reemplazando la soberbia, para avanzar hacia una solución negociada. Según Naranjo, el desafío es doble: lograr la dejación de armas y dar inicio a procesos de transformación social.

La fuerza pública colombiana, con una tradición de apego a la normativa nacional, enfrenta sus propias pruebas en medio de estas circunstancias. Naranjo recalca que lejos de estar atadas de manos, las fuerzas del orden deben mantener su entusiasmo por ser defensoras de una sociedad civil y democrática.

El exdirector concluye considerando el compromiso de los grupos armados esencial en el proceso de paz, enfatizando que su presencia en la mesa de diálogo no debería interpretarse como una estrategia dilatoria para lograr ventajas militares, sino como una genuina voluntad por construir una Colombia en paz.

Este acontecimiento pone de manifiesto la complejidad de pacificar una nación donde la violencia ha marcado profundamente su historia. Queda claro que los ojos del país y del mundo están puestos en estos esfuerzos por edificar un futuro donde la paz sea la protagonista.

Le recomendamos leer: Exjefe Paramilitar Implica a Álvaro Uribe en la Masacre de El Aro