Recientes acontecimientos en Bogotá y municipios aledaños como La Calera han puesto en foco una innovadora modalidad de secuestro extorsivo que afecta principalmente a comerciantes y trabajadores de domicilios. La dinámica criminal, caracterizada por el uso de ofertas laborales fraudulentas, ha generado preocupación entre autoridades y población civil, quienes observan un cambio en los métodos utilizados por los delincuentes para captar a sus víctimas.
El esquema inicia con los secuestradores contactando a potenciales víctimas bajo la apariencia de clientes o empleadores interesados en algún servicio o producto. Aprovechando la necesidad de trabajo e ingresos, los delincuentes logran persuadir a los trabajadores para movilizarse a ubicaciones apartadas de zonas transitadas, bajo pretextos relacionados con supuestos encargos o contrataciones.
En uno de los casos recientemente reportados en La Calera, un trabajador acudió a un sitio para cumplir con una cita referente a un posible trabajo. Tras unos minutos de espera en un punto alejado de la vía principal, los captores establecieron el control, anunciándole que se encontraba retenido y vigilado. La intimidación incluyó instrucciones precisas para no huir ni pedir auxilio, reforzadas con amenazas directas si intentaba cualquier acción fuera de lo ordenado.
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El siguiente paso consistió en obligar a la víctima a comunicarse con sus familiares. Los victimarios, haciéndose pasar por representantes de las disidencias de las FARC, exigieron el pago de una suma que alcanzó los 30 millones de pesos como “multa” para garantizar la liberación. Este método de intimidación, basado en la suplantación de grupos armados organizados, busca generar mayor pánico en los afectados, quienes suelen acceder rápidamente a las exigencias para salvaguardar la integridad del retenido.
El episodio no solo dejó huellas emocionales en el comerciante involucrado, sino que también modificó de forma sustancial su perspectiva frente al ejercicio de su labor cotidiana. Tras lo sucedido, han surgido nuevas precauciones y una disminución notable en el nivel de confianza hacia nuevos clientes y solicitudes aparentemente legítimas, lo que restringe las posibilidades de expansión y crecimiento comercial para quienes dependen del trabajo independiente.
Fuentes oficiales han advertido sobre el incremento sostenido de secuestros extorsivos en la ciudad. Se reportan más de 110 casos denunciados en Bogotá en lo que va del año, reflejando un incremento del 11% respecto al mismo periodo del año anterior. Esta cifra sitúa la capital como uno de los focos principales de esta modalidad delictiva en el país, con un 22% del total nacional de denuncias registradas.
Los registros indican que las localidades de Ciudad Bolívar, Kennedy, Bosa, Engativá y Suba concentran el mayor número de reportes relacionados con secuestro express. Además, los actores criminales involucrados suelen presentarse como pertenecientes a grandes organizaciones armadas, aunque en realidad diversas investigaciones han evidenciado que muchos de los implicados integran pequeñas bandas dedicadas a actividades extorsivas locales.
Datos proporcionados recientes demuestran la magnitud del fenómeno:
- En 2024 se reportaron 826 casos de secuestro extorsivo en Colombia.
- En lo que va corrido de 2025, ya se han registrado 500 denuncias, siendo Bogotá responsable de un porcentaje significativo.
- En la capital, las cinco localidades mencionadas agrupan la mayoría de incidentes y alertas dirigidas al sector comercial y de servicios de entrega.
La evolución de esta estrategia delictiva plantea retos para la seguridad en Bogotá, demandando nuevas acciones preventivas y mecanismos de alerta temprana por parte de las autoridades locales y nacionales. Entretanto, comerciantes, domiciliarios y otros trabajadores continúan ajustando sus rutinas diarias a un entorno cada vez más complejo y desconfiado, buscando minimizar los riesgos asociados a citas y contratos laborales que no puedan ser plenamente verificados.
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