*Jornada violenta en Fusagasugá, Cundinamarca. El par de incursiones ocurrió entre martes y miércoles (16 y 17 de septiembre 2025) aumentando inquietud dentro de la población.
El más grave de los casos sucedió en inmediaciones de la Escuela Julio Saboga, norte de la ciudad. Dos hombres en motocicleta dispararon contra un par de jóvenes mientras estos caminaban a la altura de la calle segunda con carrera novena.
Del hecho, uno de los heridos falleció minutos más tarde mientras recibía atención médica en el Hospital San Rafael. Su compañero lesionado pasó a cuidados especiales; su condición médica no es conocida por fuera del grupo de facultativos.
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Veinticuatro horas atrás, en el barrio San Jorge, Occidente del perímetro urbano, una señora resultó con heridas a bala. Fue agredida por un par de mujeres quienes le dispararon mientras la víctima se hallaba dentro de su vehículo.
Jornada violenta en Fusagasugá

La inseguridad se mantuvo vigente a lo largo de las últimas 24 horas, entre martes y miércoles, en la ciudad; dos ataques con arma de fuego dejan un muerto y dos heridos en casos aislado.
El primer episodio ocurrió en el barrio San Jorge, muy cerca de un centro comercial ubicado en el sector. Allí, una mujer de 34 años fue impactada en el pecho mientras permanecía dentro de su vehículo.
De acuerdo con los primeros reportes, dos mujeres habrían sido las autoras del atentado; huyeron del lugar en un vehículo de alta gama que fue visto en la Avenida Las Palmas. La víctima fue trasladada de urgencia al Hospital San Rafael de Fusagasugá, donde, según el parte médico oficial, se halla en condiciones estable.
El segundo hecho de sangre se registró menos de 24 horas después, en la tarde del miércoles 17 de septiembre, en inmediaciones del barrio La Florida, a pocas cuadras de la Plaza Mayor. Dos hombres quienes fueron alcanzados con impactos de bala.
La rápida reacción de la comunidad y de uniformados de la Policía permitió trasladarlos al Hospital San Rafael. Sin embargo, hacia las 5 y 40 de la tarde, las autoridades confirmaron que uno de los heridos, identificado como Rodrigo Andrés Marín Ospina, oriundo del de Flandes (Tolima), falleció. El otro afectado, un menor de edad, permanece bajo atención médica con pronóstico reservado.
Reacción de las autoridades
Tras el segundo ataque, la Policía implementó un plan candado en diferentes salidas de Fusagasugá y municipios vecinos como Silvania y Pasca. Se establecieron retenes de control en puntos estratégicos, entre ellos el sector de Valsálice, a pocos metros del puente de acceso a Silvania. Trataban de evitar que los sicarios, quienes huyeron en una motocicleta roja sin placas, evadieron el cerco de los uniformados.
Aunque los operativos policiales se desplegaron de inmediato, al cierre de esta publicación no había confirmado la captura de los atacantes. Las autoridades trataban de establecer si este violento hecho tiene relación con casos similares registrados en Fusagasugá y poblaciones vecinas, entre ellas Girardot, Melgar y Flandes. Éstas dos últimas localidades pertenecientes al departamento del Tolima.
Lo sucedido elevó la inquietud dentro de las comunidades quienes tratan de comprender lo que está ocurriendo en el municipio en materia de seguridad.
Varios son los hechos que le suben tensión a los casos irregulares. En julio pasado, un joven perdió la vida en el barrio Eben Ezer tras ser alcanzado con disparos sin que hasta el momento se encuentre los motivos y autores del violento suceso. Semanas antes, otro hombre fue atacado en La Aguadita mientras se desplazaba en motocicleta.
A finales de agosto, las autoridades reportaron un violento atraco en el sector de Balmoral. Los delincuentes, además de despojar a la víctima de sus pertenencias, no dudaron en accionar un arma de fuego para intimidarla.
Estos hechos, sumados a la ola de atracos y casos de “fleteo” en el centro de la ciudad y alrededores, aumentaron la percepción de inseguridad entre la población.
Antecedentes en Cundinamarca y el país
La situación en Fusagasugá insinúa una problemática más amplia que afecta a varios municipios de Cundinamarca y del país. En Soacha, el pasado mes de agosto, un comerciante fue asesinado a la salida de su negocio en un caso de fleteo. Los delincuentes huyeron en motocicleta.
A su vez, en Girardot, en junio de este año, un ataque a bala en un establecimiento nocturno dejó dos muertos y tres heridos, presuntamente por enfrentamientos entre grupos dedicados al microtráfico.
En Zipaquirá, recientemente, un reconocido líder comunitario resultó herido en un atentado a plena luz del día. A nivel nacional, ciudades como Cali, Medellín y Bogotá han enfrentado repuntes de violencia urbana en los últimos años, con patrones similares: sicariato, retaliaciones entre grupos ilegales y ataques cometidos desde motocicletas o vehículos de alta gama.
Frente a los hechos más recientes, la comunidad fusagasugueña no tardó en manifestar su inconformidad. A través de redes sociales, ciudadanos expresaron inquietud por lo que viene sucediendo en materia de seguridad.
Las redes sociales mostraron opiniones divididas frente estos hechos violentos. En varios mensajes, habitantes del barrio San Jorge aseguran que ya habían advertido sobre la presencia de personas sospechosas en la zona, y que la falta de patrullajes oportunos facilitó el ataque del martes. Por su parte, comerciantes del centro de la ciudad reclaman mayor vigilancia y cámaras de seguridad, pues los episodios de hurto y violencia afectan directamente la economía local.
Organizaciones sociales también han señalado que la inseguridad no puede analizarse de manera aislada. Factores como el desempleo, la falta de oportunidades para los jóvenes y el crecimiento urbano desordenado han incidido en el aumento de la violencia en Fusagasugá.
Un plan integral de seguridad
Expertos en temas de violencia coinciden en que la Ciudad Jardín necesita un plan integral. Una estrategia que no solo refuerce la presencia policial, sino que también articule programas sociales y comunitarios que atiendan las raíces del problema.
La presencia de grupos criminales vinculados al microtráfico, el fleteo y la extorsión, según expertos, requieren mayores esfuerzos entre la Policía Nacional, la Fiscalía.
Algunos sectores proponen la instalación de cámaras de reconocimiento facial en puntos estratégicos, la recuperación de espacios públicos inseguros y la creación de frentes de seguridad en barrios y veredas. También se plantea la necesidad de un trabajo articulado con el sistema educativo y organizaciones comunitarias para ofrecer alternativas a los jóvenes en riesgo de vincularse a actividades delictivas.
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