La situación ambiental en Colombia ha alcanzado niveles de preocupación extrema al finalizar diciembre de 2025. Según informes del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), respaldados por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), se ha emitido una alerta masiva que afecta a 336 municipios en las regiones Andina, Caribe, Pacífico, Amazonía y Orinoquía. Lo más alarmante es que, de este total, 168 municipios se encuentran en alerta roja, lo que representa un riesgo inminente de incendios forestales de gran magnitud.
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Los municipios en el ojo del huracán

Dentro de este panorama nacional, el departamento de Cundinamarca se destaca como uno de los puntos más vulnerables, contabilizando 15 municipios en máxima alerta. La Unidad Administrativa Especial para la Gestión del Riesgo de Desastres de Cundinamarca ha identificado específicamente las poblaciones en peligro extremo: Fosca, Fómeque, Gachalá, Gachetá, Guayabetal, Gutiérrez, Machetá, Manta, Paratebueno y Quetame. Adicionalmente, la alerta naranja se extiende a otras 18 localidades, incluyendo puntos clave como La Calera, Ubaté, Guasca, Choachí y Medina, lo que demuestra que la amenanza no es aislada sino que abarca gran parte del territorio departamental.
Acciones urgentes para evitar una doble catástrofe
Ante la inminencia de un periodo de sequía severa y el aumento drástico de las temperaturas, el director de la CAR, Alfred Ballesteros, ha tomado medidas administrativas contundentes. Mediante una misiva oficial dirigida a 98 alcaldes de Cundinamarca, 6 de Boyacá y a los responsables de la zona rural de Bogotá, se ha instado a las autoridades locales a priorizar la prevención. El llamado es urgente: se deben evitar a toda costa actividades que históricamente han desencadenado tragedias ambientales, tales como fogatas, paseos de olla, caminatas en zonas boscosas y quemas de residuos durante esta temporada seca.

Sin embargo, el fuego no es el único enemigo. La CAR ha advertido que el desabastecimiento de agua es un problema inminente que podría afectar a miles de ciudadanos. Por esta razón, se ha solicitado a los mandatarios municipales liderar campañas masivas que motiven a la comunidad al uso responsable del líquido vital. Complementariamente, se ha instruido el fortalecimiento de los cuerpos de bomberos y la Defensa Civil, así como la realización de labores preventivas de limpieza en sistemas de recolección de aguas lluvias, alcantarillados y cauces de ríos para asegurar el flujo hídrico y prevenir complicaciones adicionales.
Este esfuerzo de coordinación regional busca mitigar los efectos de un clima cada vez más hostil. Las autoridades recalcan que la prevención es la herramienta más eficaz para proteger la cobertura vegetal y garantizar el suministro de agua en una época donde los recursos naturales se encuentran bajo una presión sin precedentes.







