En Guachetá se ha materializado una iniciativa que refuerza el compromiso por la continuidad del conocimiento agrícola ancestral. La Gobernación de Cundinamarca, en coordinación con AGROSAVIA, ha implementado un proyecto destinado a salvaguardar especies nativas y fortalecer el intercambio de saberes entre los productores del altiplano.
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La acción se concentró en reconocer a 32 custodios, denominados guardianes de semillas, cuya labor es fundamental en el resguardo y mantenimiento de variedades autóctonas que constituyen la base de la identidad agroalimentaria de la región. Este proyecto, que ha sido impulsado en alianza con organizaciones especializadas, se orienta a homogeneizar esfuerzos entre entidades estatales y comunidades campesinas.

Entre los elementos destacados del proyecto se ha promovido la conservación de semillas de especies que han caracterizado la agricultura local. De forma organizada se destacaron las siguientes variedades:
• Maíz criollo
• Frijol
• Guatila
• Arracacha
• Calabaza
Durante el evento de lanzamiento del proyecto, representantes del sector agrícola y autoridades del municipio compartieron sus experiencias en la preservación de prácticas y conocimientos tradicionales. Rainer Abueta, miembro de la Secretaría del Agrocampesinado, explicó que la iniciativa se ha orientado a fortalecer la cadena de especies ancestrales y que se cuenta con aportes técnicos especializados, garantizando la continuidad de estos importantes cultivos.
Por su parte, el investigador Douglas Andrés Gómez Latorre del Centro de Investigación Tibaitatá de AGROSAVIA resaltó que la experiencia ha permitido consolidar conocimientos técnicos en temas de conservación y reconocimiento, destacando el papel esencial de los guardianes de semillas en mantener viva la memoria agrícola de la zona.
El encuentro facilitó el intercambio de semillas entre los productores y propició la transmisión de métodos ancestrales de cultivo. En este sentido, se difundieron prácticas que contribuyen tanto a la seguridad alimentaria como a la resiliencia frente a desafíos ambientales.
La apuesta por la integridad del patrimonio agroalimentario se alinea con las políticas de desarrollo rural de la Gobernación, las cuales están orientadas a valorar y potenciar el saber agrícola tradicional como un factor de transformación en el campo.
Asimismo, se establecieron mecanismos de colaboración y capacitación que invitan a la participación activa de diversos actores, fomentando una red de protección del conocimiento y de las prácticas culturales.
El proyecto se presenta como un modelo replicable y se ha anunciado su implementación en el municipio de Guaduas, donde se prevé expandir la red de protección del patrimonio agrícola a través de iniciativas similares.
Con una estructura que combina protección, intercambio y documentación de saberes, esta experiencia en Guachetá constituye una de las estrategias que se están desarrollando en la región para asegurar la continuidad de las tradiciones agrícolas.
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