En un esfuerzo por fortalecer la conservación de la biodiversidad, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha activado un plan integral para la protección del caimán aguja o caimán del Magdalena (Crocodylus acutus).
Este proyecto se lleva a cabo en alianza estratégica con la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia.
La iniciativa es una intervención que combina tecnologías avanzadas y ciencia local. Incluye el monitoreo satelital, la realización de análisis genéticos, estudios toxicológicos, y una robusta línea de actividades de educación ambiental.
Solo quedan 5.000 caimanes aguja maduros en el mundo
El caimán aguja es una especie emblemática y fundamental para los ecosistemas acuáticos. Es reconocido como un depredador clave que juega un rol vital en el equilibrio de los ecosistemas acuáticos, ya que ayuda a controlar las poblaciones de otras especies.
Además, esta especie contribuye al enriquecimiento de los suelos, aportando nutrientes esenciales como fósforo y nitrógeno a través de sus desechos.
Su movimiento y desplazamiento en ríos, lagunas y cuerpos de agua también favorece la oxigenación de estos entornos.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el caimán aguja está clasificado como una especie Vulnerable.
Se estima que quedan cerca de 5.000 individuos maduros a nivel global. La disminución de sus poblaciones se debe principalmente a la pérdida de hábitat, la contaminación de los cuerpos de agua y los recurrentes conflictos con las comunidades humanas.
El director de Recursos Naturales de la CAR, Sebastián Saldarriaga, destacó la alianza con la Universidad Nacional de Colombia.
Saldarriaga afirmó: “Hemos unido nuestras capacidades a las de la Universidad de Colombia para avanzar en este proyecto que nos permitirá conservar y preservar esta importante especie en la jurisdicción a cargo de la CAR”.
Serán rastreados con chips para estudiar su comportamiento
El corazón del proyecto científico es la telemetría satelital. Se instalarán chips satelitales o transmisores de telemetría en seis ejemplares adultos de caimán aguja.
El objetivo es realizar un seguimiento detallado de sus patrones de desplazamiento, estudiar su comportamiento y evaluar las posibles interacciones negativas con las comunidades humanas.
Este monitoreo servirá para evaluar el estado de los ecosistemas acuáticos, identificar zonas prioritarias para la restauración y conservación, y delimitar áreas con mayor riesgo de conflicto humano–cocodrilo mediante análisis espaciales.
Sebastián Saldarriaga también resaltó que el seguimiento permitirá “poder monitorear su comportamiento y desplazamiento en todo el territorio”. Además, este componente tecnológico es fundamental para la definición de protocolos de manejo y reubicación de ejemplares, en caso de que sea necesario.
Proyecto incluye análisis genético y "Día del Caimán" para fomentar convivencia
La intervención se concentra en los municipios ribereños de la cuenca del río Magdalena y sus afluentes, donde aún se mantiene la presencia de C. acutus. Los municipios estratégicos incluyen Puerto Salgar, Beltrán, Girardot, Guataquí, Yacopí y Guaduas.
Adicionalmente, se trabajará en sectores definidos para la protección de rondas hídricas y el fortalecimiento del monitoreo comunitario.
Desde el ámbito científico, el proyecto incluye un estudio de diversidad genética y estructura poblacional del caimán aguja dentro de la jurisdicción CAR.
A partir de muestras recolectadas en el campo, se comparará esta información con la de otras regiones del país, generando insumos científicos clave para orientar futuras decisiones de conservación.
También se evaluará la exposición de las poblaciones a contaminantes en el río Bogotá, el río Magdalena y el río Negro.
El proyecto no se limita a la ciencia; también busca la participación comunitaria y la educación ambiental.
Expertos y educadores de la CAR y la Universidad Nacional desarrollarán talleres de formación, actividades de educación ambiental y estrategias de señalización preventiva.
Asimismo, se impulsará la conmemoración del “Día del Caimán” con el objetivo de fomentar la convivencia pacífica entre la fauna silvestre y los habitantes locales. La meta final de esta alianza es sentar las bases para una coexistencia armónica entre las comunidades y la vida silvestre.
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La información científica generada será una herramienta clave para la formulación de políticas públicas, planes de manejo y acciones de restauración ecológica en la región. La CAR avanza con el acompañamiento técnico y científico de la Universidad Nacional para asegurar la permanencia y sostenibilidad del caimán aguja.