*Alianza CAR - Corpoguavio busca proteger hábitat de especies de flora y fauna en sus territorios. Fundamentalmente pretenden crear procesos encaminados a evitar incendios forestales en jurisdicciones comprendidas entre Guasca, Guatavita, La Calera y Sopó.
Los convenios fueron suscritos a propósito de la Cumbre de Sostenibilidad programada en el Centro de Convenciones Ágora de Bogotá, entre el 9 y el 11 de septiembre de 2025.
Se trata de una alianza interinstitucional cuyo propósito fundamental, e inmediato, es prevenir conflagraciones u otros eventos que ocasionen la devastación del medio natural donde habitan especies como el oso andino.
En realidad, la Alianza fue suscrita entre la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, Corpoguavio y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Alianza CAR – Corpoguavio para proteger flora y fauna

Las autoridades y organizaciones ambientales firmaron pactos encaminados a materializar el desarrollo de estrategias encaminadas a evitar y detener prácticas que atenten contra el hábitat de especies en riesgo.
En el marco de la Cumbre Internacional de Sostenibilidad e Innovación Ambiental, realizada entre el 9 y el 11 de septiembre en el Centro de Convenciones Ágora de Bogotá, se lograron los pactos.
Suscribieron una alianza interinstitucional entre la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, la Corporación Autónoma Regional del Guavio y elPrograma de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El objetivo central es proteger los ecosistemas estratégicos que conforman el denominado “corredor del agua y el oso”, un territorio clave para la seguridad hídrica y la biodiversidad del departamento.
La iniciativa contempla, en una primera fase, la creación y capacitación de al menos diez brigadas forestales comunitarias. Tendrán la misión de prevenir de incendios forestales en municipios como Guasca, Guatavita, La Calera y Sopó, zonas de especial riqueza ambiental y, al mismo tiempo, altamente vulnerables a conflagraciones.
Acuerdo vital para la flora y fauna
El “corredor del agua y el oso” constituye uno de los espacios más estratégicos en materia ambiental dentro de Cundinamarca. Allí confluyen fuentes hídricas fundamentales para el abastecimiento de Bogotá y municipios de la Sabana, además de ser el hábitat del oso andino (Tremarctos ornatus). Se trata de una especie en riesgo, y considerada, emblema de los ecosistemas altoandinos.
“Con esta alianza buscamos aunar esfuerzos para proteger los recursos naturales de nuestra jurisdicción, generando capacidades locales que permitan a las comunidades ser protagonistas de la conservación”. Así, Nidia Riaño, directora de Cultura Ambiental y Servicio al Ciudadano de la CAR, argumenta este plan.
Por su parte, Marcos Manuel Urquijo Collazos, director general de Corpoguavio, destacó la importancia de brindar herramientas concretas a las comunidades. “Este acuerdo es una oportunidad para que las comunidades del territorio cuenten con herramientas efectivas para la prevención de incendios y la protección de un corredor estratégico para la vida y el agua”.
Desde el ámbito internacional, Claudio Tomasi, representante residente del PNUD en Colombia, reafirmó la voluntad de hacer parte de la misión. “La cooperación internacional está llamada a fortalecer procesos locales de conservación. Con este paso, reafirmamos nuestro compromiso de trabajar con las autoridades ambientales y las comunidades en la gestión sostenible del territorio”.
- Recomendado: Modernización de las hidroeléctricas en el río Bogotá: Enel Colombia impulsa la eficiencia energética en Cundinamarca
Símbolo para la biodiversidad
Como parte de la agenda de la Cumbre, el PNUD entregó a la CAR una obra artística en tamaño real de un oso andino, intervenida por la joven artista Antonia Patiño Penagos. La pieza se convierte en un emblema de unión y compromiso por la biodiversidad, visibilizando a una de las especies más representativas y vulnerables del país.
Este gesto artístico se enmarca en la necesidad de vincular a distintos sectores —incluyendo a la cultura— en la tarea de proteger la naturaleza. Recuerda, además, que el arte puede ser un vehículo de sensibilización frente a los desafíos ambientales.
El acuerdo firmado entre CAR, Corpoguavio y PNUD no surge de manera aislada. En los últimos años, Cundinamarca y Bogotá han enfrentado una grave presión ambiental derivada de incendios forestales, deforestación, expansión urbana y cambio climático.
Precisamente, los incendios forestales, por momentos, parecieran ser recurrentes. Solo en enero de 2024, se registró la quema de 600 hectáreas afectadas por conflagraciones en distintos municipios de la Sabana y el oriente de Cundinamarca.
En febrero del 2020, un incendio de grandes proporciones en el páramo de Guacheneque (Villapinzón), fuente principal del río Bogotá, generó alarma nacional por la afectación a frailejones y especies nativas.
Otro evento delicado ocurrió en el 2016. Bogotá registró más de 50 incendios en cerros orientales y zonas aledañas, lo cual llevó a fortalecer campañas de prevención en coordinación con los cuerpos de bomberos y comunidades locales.
Estos antecedentes refuerzan la necesidad de contar con brigadas comunitarias capacitadas, no solo para reaccionar ante emergencias, sino también para implementar estrategias de monitoreo. Los esfuerzos deben incluir procesos de educación y prevención en las comunidades que habitan zonas de riesgo, según los expertos.
Procesos similares en la región
La alianza CAR–Corpoguavio se suma a un historial de proyectos ambientales desarrollados en Cundinamarca y Bogotá en años recientes.
En efecto, hacia el 2028 se ejecutó un programa de protección del oso andino. Las tareas fueron concentradas en municipios como Guasca y Fómeque, oriente de Cundinamarca. Allí, la CAR lideró procesos de sensibilización con campesinos para evitar la cacería de esta especie, promoviendo prácticas de ganadería sostenible y cercos eléctricos como alternativa al conflicto con la fauna.
Otra tarea fundamental pasó a ser la Restauración en los Cerros Orientales de Bogotá, ejercicio cumplido entre 2019-2023. La Alcaldía Mayor y la Secretaría de Ambiente implementaron proyectos de reforestación en más de 200 hectáreas, con participación de comunidades locales y universidades.
Por esos mismos años, la misma autoridad ambiental y Bomberos Cundinamarca firmaron un acuerdo para el fortalecimiento de capacidades en atención de incendios forestales. Una de las tareas fundamentales era la dotación de equipos especializados y entrenamientos para cuerpos voluntarios.
Igualmente, en el 2021, fue puesto en marcha el plan de restauración del embalse del Sisga. Corpoguavio impulsó procesos de “revegetalización” en áreas críticas para la regulación hídrica, vinculando a juntas de acción comunal y asociaciones campesinas.
El papel de las comunidades
Un punto clave de la alianza es que reconoce a las comunidades locales como protagonistas de la conservación.
Lejos de limitarse a una estrategia técnica o gubernamental, el acuerdo busca generar capacidades sociales y económicas que permitan a campesinos y habitantes de los municipios priorizados convertirse en guardianes del territorio.
En este sentido, la creación de brigadas comunitarias no solo permitirá atender emergencias de fuego. También establecen sistemas de alerta temprana, monitoreo de fauna, control de prácticas de quema agrícola y campañas educativas en escuelas rurales.
Precisamente, Colombia ha sido catalogado como uno de los países más vulnerables al cambio climático en América Latina. El aumento de las temperaturas, sumado a períodos de sequía más prolongados, ha intensificado la ocurrencia de incendios y ha reducido la disponibilidad hídrica en páramos y bosques altoandinos.
De acuerdo con el IDEAM, en la temporada seca de 2024 se registró un aumento del 35 % en focos de calor en la región andina, siendo Cundinamarca uno de los departamentos más afectados. Esto pone en evidencia la urgencia de iniciativas como la firmada por CAR y Corpoguavio, que no solo actúan en lo local, sino que se alinean con compromisos globales de sostenibilidad.