En los últimos días, el departamento de Cundinamarca se ha visto inmersa en una situación que demanda especial atención por parte de las autoridades, debido a los fenómenos meteorológicos y geológicos registrados. Durante la mañana, en el programa 6AM, el gobernador Jorge Emilio Rey detalló la coyuntura actual en varios municipios afectados por las intensas lluvias, sismos y fuertes vendavales.
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De acuerdo con la información emitida por la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo (UNGRD), se estima que aproximadamente 168.000 familias han sido impactadas durante lo que va del año 2025. Esta cifra representa la magnitud del desafío que enfrentan tanto las entidades locales como nacionales para gestionar la situación de manera coordinada.

La Gobernación de Cundinamarca, en conjunto con la Unidad Administrativa Especial para la Gestión de Riesgo y Desastres (UAEGRD), emitió una alerta máxima de lluvia en el primer día de julio. Los datos sugieren que las precipitaciones en algunas zonas han experimentado incrementos de entre un 40% y un 50%, lo que agrava las condiciones de vulnerabilidad en determinados corredores del departamento.
Entre los municipios que presentan una situación crítica se destaca Paratebueno, donde además de la intensificación de la lluvia, se han registrado eventos sismológicos. En dicho municipio, se reporta que 400 familias han resultado afectadas, con un total de 4.500 personas viviendo en condiciones de deterioro en sus viviendas. Asimismo, se ha observado que en los alojamientos transitorios, destinados a atender a las víctimas de estos fenómenos, los embates de los vendavales han ocasionado deterioros significativos.
Para un análisis más sistemático, se pueden listar algunos de los principales aspectos que caracterizan la situación actual en Cundinamarca:
• Incremento de precipitaciones en el oriente de la cordillera.
• Afectación de aproximadamente 168.000 familias en el 2025.
• Presencia de eventos sísmicos y vendavales, que complican la gestión de la emergencia.
• Concentración de esfuerzos en corredores hídricos, como la cuenca del río Guayuriba y Humea.
El gobernador Rey ha resaltado que la emergencia se extiende especialmente por el oriente del departamento. Entre los municipios identificados en mayor riesgo se encuentran Guayabetal, Quetame, Pesca, Cabrera, además de otros 17 municipios en condiciones de alta vulnerabilidad. Esta concentración de afectaciones requiere de un monitoreo constante para prevenir acumulaciones de agua y otros riesgos relacionados.
La temporada de lluvias ha cometido su impacto de forma desigual en el territorio cundinamarqués. Mientras en algunas zonas del departamento las precipitaciones han disminuido, las áreas ubicadas en el flanco oriental de la cordillera continúan registrando niveles elevados de lluvia, lo que se traduce en mayores retos para las autoridades responsables de la gestión de riesgos.
El pronóstico para el mes de julio, basado en datos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), sugiere que, aunque a nivel general se presentará una reducción en los índices de precipitación, se observarán algunas extensiones por encima del promedio normal del 40%. La cordillera oriental parece ser una excepción, dado que se espera que continúe recibiendo mayor cantidad de lluvia.
En los municipios de Paratebueno y Medina, la situación se suma con la presencia de centros de albergue temporal, en los que actualmente se encuentra entre 50 y 80 personas. Esta medida permite atender a las necesidades inmediatas de la población afectada, sin alterar el enfoque objetivo de la gestión de la emergencia. Las autoridades tanto departamentales como municipales continúan trabajando en coordinación para mitigar los impactos observados.
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