Fue detenido en Montería, Córdoba, hacia donde huyó tratando de eludir la persecución de las autoridades.
La víctima, un joven de 15 años, fue apuñadada dentro de un articulado de Transmilenio luego que, accidentalmente, pisara a un hombre quien podría ser alias “El Costeño”.
El caso se presentó el pasado 8 de octubre, sábado, a la altura de la calle 13 con carrera 32, en momentos que el menor viajaba en compañía de otras dos personas hacia el occidente de Bogotá.
Ocurrido el suceso de la pisada, el victimario la emprendió contra el menor Juan Esteban Alzate. Lo insultó con toda clase de improperios; quería obligarlo a que se arrodillara y le pidiera perdón, asunto al cual se negó el adolescente.
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Ante esa circunstancia, su victimario lo atacó con una puñaleta. Le ocasionó heridas en el pecho las cuales le provocaron la muerte un par de horas después (1 y 30 de la madrugada), mientras recibía atención en el Hospital Santa Clara. Uno de sus acompañantes recibió otra herida con arma blanca en la cabeza.
La huida
El agresor, aprovechando la confusión y las dramáticas circunstancia provocadas por su ataque, escapó en medio de un tumulto de personas que trataban de ayudar al herido. Otras, madres y menores de edad, buscaban alejarse del sitio.
Una vez el articulado se detuvo, “El Costeño” y otras personas que iban con él, escaparon rápidamente. Poco después la Policía emprendió su búsqueda. Revisó cámaras de seguridad y alcanzó algunos videos captados por personas quienes viajaban en el mismo articulado.
Así pudo tener claridad sobre la persona que habría protagonizado el sangriento suceso. No les costó trabajo identificarlo. Parece ser que ya era conocido por la Policía. Lo persiguieron en el sur de Bogotá donde solía pasar la mayor parte del tiempo. Allí residía.
Sin embargo, investigadores de la Sijín y la Fiscalía alcanzaron las primeras pistas seguras. Hallaron indicios de que “El Costeño” había escapado precipitadamente hacia el norte del país; concretamente hacia Montería.
En el cartel de los buscados
Ofrecieron una recompensa de $20 millones mediante la publicación de carteles solicitando información que permitiera su ubicación y captura.
Se desplazaron hasta la capital de Córdoba y junto a sus compañeros locales siguieron con la persecución. Lograron ubicarlo pero, sin quitarle los ojos de encima, dieron espera a la detención. Querían estar seguros de acopiar otras pistas; también esperaban el momento oportuno para proceder.
Muy pocos sabían de este operativo. Tanto que, en principio y una vez se filtró la noticia de su detención, los medios de comunicación pensaron que había ocurrido al sur de Bogotá.
Ya este jueves, avanzado el día, se supo y confirmó que la aprehensión de Gustavo Adolfo G., ocurrió en Montería. Sin embargo, no se alcanzaron mayores detalles del trabajo policivo.
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