La transportaban desde el Valle en un bus de servicio intermunicipal, cuando fueron interceptados por unidades del Distrito Uno de la Policía con sede en Fusagasugá.
El cargamento, 35 kilos de marihuana y 220 gramos de bazuco, fue descubierto mediante acciones combinadas del cuerpo uniformado y el Ejército Nacional a la altura del kilómetro 1 de la vía entre el peaje de Chuzacá y Soacha, Cundinamarca.
Los alucinógenos cayeron en poder de las autoridades cuanto requirieron “a los pasajeros del bus servicio público, a fin de realizar un registro personal y verificar los elementos que llevaba cada uno de ellos”.
Entonces los efectivos policiales “notan que dos personas trataban de evadir el registro y se tornaron nerviosas; de inmediato se hace el registro corporal, sin encontrar elemento alguno que pudiese demostrar el porqué de esa actitud de los dos sujetos”.
De inmediato proceden a realizar la verificación con perro antinarcóticos del Ejército Nacional en acción que puso al descubierto el cargamento ilegal.
El animal “luego de unos minutos y tras verificar el equipaje que transportaban los ocupantes del bus, de nuevo el canino experto en la detección de estupefacientes, da la señal de alerta en dos maletas que se encontraban en una de las bodegas del automotor”.
Verificado el contenido descubren el alijo empacado en bolsas herméticamente selladas con el propósito de evitar sospechas de las autoridades; se equivocaron.
Una vez trataron de establecer quién o quiénes eran los presuntos responsables del cargamento, la Policía descubre que este había sido embalado en Pamira, Valle.
El trabajo del perro antinarcóticos fue tan efectivo que alertó a los uniformados cuando se les acercó a los sospechosos; no les encontraron nada en su poder por lo que siguieron adelante con las pesquisas hasta cuando pusieron al descubierto la trama.
Posteriormente y cumplidos los procedimientos de rigor el par de indiciados pasaron a la Cárcel Modelo de Bogotá a la espera del juicio correspondiente.
