El municipio de Chía fue escenario de una emotiva ceremonia de graduación el pasado 3 de diciembre, donde los integrantes de la Cívica Infantil y Juvenil culminaron exitosamente su proceso formativo.
Este programa formativo, impulsado y liderado por la Policía Nacional de Colombia, tuvo una duración de 140 horas. La iniciativa busca inculcar el compromiso ciudadano, la disciplina y un conjunto robusto de valores en niños y adolescentes desde temprana edad.
140 horas enfocadas en civismo y construcción de convivencia
Durante el curso, los participantes se enfocaron en el fortalecimiento del liderazgo, el respeto por los derechos ciudadanos y la edificación de una convivencia armónica basada en valores compartidos.
La Policía Nacional diseñó el programa con el fin de promover la participación activa de los menores en áreas fundamentales como el civismo, el autocuidado y la resolución pacífica de conflictos. Además, la formación incluye el reconocimiento de los símbolos que representan la identidad nacional.
A través de una metodología que combinó talleres, ejercicios prácticos y actividades comunitarias, los graduandos desarrollaron competencias esenciales que los preparan para actuar con responsabilidad dentro de su entorno social.
El acto de graduación se llevó a cabo en un ambiente de gran alegría, destacando el orgullo familiar y el compromiso institucional hacia este tipo de procesos formativos.
La Policía Nacional considera que estos menores simbolizan el impacto positivo que tienen los programas educativos en la prevención de riesgos, el fomento de la convivencia y la formación integral de las nuevas generaciones.
Formando ciudadanos con sensibilidad social y vocación de servicio
Autoridades e instructores resaltaron durante la ceremonia que el programa va más allá de fortalecer habilidades individuales.
Su principal logro es impulsar la formación de ciudadanos con una profunda sensibilidad social, una clara vocación de servicio y la capacidad de influir positivamente en sus comunidades.
Pilares como la disciplina, la solidaridad, el respeto y la empatía guiaron cada sesión de aprendizaje y se reflejaron en la madurez y el comportamiento de los graduados.
En el evento, el teniente coronel Jonathan Amaya, comandante de la Policía de Chía, fue una de las autoridades que hizo entrega de las medallas y certificados a los graduandos.
Las familias celebraron con júbilo el compromiso de sus hijos, demostrando que la edad no es una limitación para el deseo de servir y transformar la realidad a través del ejemplo.
Cada niño, al graduarse, reafirmó que el amor por Colombia se cultiva diariamente, ya sea cuidando los espacios públicos, respetando la diversidad, escuchando a los demás o actuando con un profundo sentido de responsabilidad.
Un semillero para la cultura ciudadana y el progreso colectivo
Para el municipio de Chía, esta nueva generación de líderes representa una oportunidad tangible para robustecer la cultura ciudadana y proyectar un futuro donde los valores compartidos actúen como el motor del progreso colectivo.
La ceremonia concluyó con un mensaje inspirador: se exhortó a los niños a mantener vivos sus sueños, a continuar construyendo comunidad mediante actos sencillos y a conservar la firme convicción de que cada gesto solidario tiene el poder de generar cambios duraderos.
Su proceso formativo sirve hoy como una clara invitación a toda la ciudadanía a unirse a una cultura de respeto, unión y participación activa.
Esta graduación deja una huella profunda en Chía, la de un grupo de niños que ya comprende el verdadero significado del servicio y que promete ser una referencia para quienes creen firmemente en la fuerza transformadora de la educación y el compromiso cívico.
