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Bienvenidos al autoritarismo

por: Luis Hurtado

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Bienvenidos al autoritarismo

  Faltaba la Procuraduría. De la gran depresión económica y social que se nos viene encima no se ocupa nadie, o pocos… Parece que nuevamente los eternos pesimistas nos quedaremos ladrándole a la luna.   Análisis político Por: Octavio Quintero Envía: El Satélite   El clásico golpe de Estado, modelo siglo XXI, se ha completado este año en Colombia por una élite político-económica-administrativa-jurídica que se esconde tras la mampara de un presidente inepto, pero eso sí, muy obediente. En solo dos años se ha apoderado de la Presidencia, Fiscalía, Contraloría, Procuraduría, Registraduría y Defensoría del Pueblo. Sumadas a la tradicional docilidad del Congreso, va por las altas cortes con una propuesta de reforma judicial. Hoy no son las dictaduras militares que desaparecieron con la llegada de la tercera ola democrática (1989), sino nuevas formas de dominación autocrática, no siempre identificadas como tales en el instante que surgen. Los hechos muestran hoy cómo se ha ido borrando el equilibrio de poderes y debilitando las instituciones desde la reelección de Uribe en 2006, mediante el soborno a los congresistas que llevó a la cárcel a varios de ellos junto con los ministros que le sirvieron de intermediarios al Presidente. Es una ironía de la vida con los electores colombianos que eligieron a Duque en 2018 asustados por el expresidente Uribe con el advenimiento del “castrochavismo” si elegían a Petro. En el Índice Global de Democracia 2018 (última versión), Colombia figura en la categoría de “Democracia imperfecta”. Tras la cuestionada elección de Duque con dineros del narcotráfico, compra de votos y pequeños pero muchos “errores humanos” en el conteo de votos en la Registraduría; la captura de los entes de control y la invasión del Ejecutivo en la órbita judicial, cuando no su desconocimiento y lapidación, su categoría ahora es claramente tipo “régimen autoritario”, como en la misma Venezuela. Si no fuera proclive al Gobierno de Washington, las mismas circunstancias que esgrime el imperio contra Maduro las ostenta Duque: legitimidad cuestionada e influencia del narcotráfico en la estructura del Estado. Periodistas extranjeros asignados a Colombia dicen en privado que si antes nuestra democracia les parecía imperfecta, ahora les parece un horror: aparte de lo visto en la esfera nacional se desciende a lo local con gobernadores y alcaldes elegidos con el apoyo de paramilitares o por presión de ellos, o impuestos por contratistas a futuro. La democracia en Colombia está en serios problemas… Es un hecho evidente, y es lamentable que los grandes medios, los partidos políticos y la sociedad civil nos hubieran dejado ladrándole a la luna a quienes dimos las primeras voces de alarma desde 1990 cuando Gaviria metió de bruces al país a la apertura económica, hasta la reforma de la constitución que permitió la reelección de Uribe en el 2006. La ola de protestas sociales que explotó en noviembre del año pasado tuvo el infortunio de encontrarse de bruces con la pandemia que la apagó… Pero van brotando nuevamente y se presume que más intensas porque la crisis que se espera será ídem frente a la parsimonia de un gobierno que se niega a pedirle recursos suficientes al Banco de la República para apuntalar la demanda de los hogares y el consumo, como vía de la reactivación económica y de la sobrevivencia de centenares de empresas medianas y pequeñas que responden por el 90% de la generación de empleo formal e informal. Mientras, el país se debate en torno a los efectos de una sentencia judicial que tocó al expresidente Uribe; y los llamados movimientos alternativos se muestran los dientes de cara a las elecciones del 2022, de la gran depresión económica y social que se nos viene encima no se ocupa nadie, o pocos… Parece que nuevamente los eternos pesimistas nos quedaremos ladrándole a la luna.