Se habían tomado la Plaza Mayor para (presuntamente) atracar en horas de la noche y madrugada, a cuanta persona se atreviera a cruzar por el sector
Conocidos como “El Parche del Parque” en el bajo mundo, la Policía los venía acechando desde hace meses. Se habían convertido en obsesión para la Sijín.
Los capturaron varias veces pero no eran alcanzados por todo el peso de la justicia. Los atracos y venta de alucinógenos, a la luz de las leyes colombianas, no eran (o son) suficientes a la hora de comparecer ante los jueces.
Fue necesario un asesinato para que, finalmente, ordenaran mantenerlos privados de la libertad mientras se cumple el proceso legal en contra de los tres indiciados.
Cuando los investigadores de la Sijín recibieron noticia de la lamentable novedad esa madrugada del jueves 3 de agosto, no dudaron: de inmediato pensaron en “El Parche del Parque”.
Sin pérdida de tiempo emprendieron las investigaciones y el acopio de pruebas. Fue tan contundente el trabajo que 36 horas después, ya tenían en su poder los posibles responsables del crimen.
Confirmaron sus sospechas una vez revisaron cámaras de seguridad y acopio de pistas. Recogieron testimonios y descripciones de los tres individuos señalados como posibles autores del sangriento caso.
Reconstrucción de los hechos
Confirmaron que el ataque ocurrió a la “1 y 59 minutos de la madrugada” al costado sur de la Plaza Mayor, según hora registrada en las cámaras de video con material de prueba.
Vieron cuando el guarda de seguridad, quien regresaba del trabajo a casa, fue interceptado y atacado. Recibió mortal herida con arma blanca en un costado del tórax cuando levantó uno de sus brazos para defenderse.
La herida le alcanzó órganos vitales. Fue auxiliado pero las lesiones eran mortales. Falleció antes de ingresar a urgencias del Hospital San Rafael.
Operativos de captura
Fueron rápidos y efectivos. Los investigadores, desde hace meses, los tenían ubicados. Igual sucede con buen número de bandas dedicadas a diferentes delitos principalmente el atraco, hurto y venta de narcóticos.
Las autoridades locales emprendieron trabajos de persecución como parte de las políticas contra el hampa. La estrategia fue anunciada conjuntamente por la Gobernación de Cundinamarca y el alcalde de Fusagasugá, Jairo Hortúa en agosto pasado.
Desde entonces dieron paso a investigaciones que arrojan saldo positivo. Los índices de delitos han mostrado disminución.
Así han venido cayendo las organizaciones criminales en Fusagasugá. Se sabe que la persecución será permanente.
