El municipio de Zipaquirá, conocido históricamente como la ‘Ciudad de la Sal’, ha establecido un nuevo y notable hito en el ámbito deportivo y de participación ciudadana.
El 2 de noviembre, las calles de la ciudad fueron testigo de una escena poco común: se celebró una ciclovía que ha sido oficialmente registrada como la más larga en tiempo de todo el departamento de Cundinamarca.
Doce horas ininterrumpidas de movilidad activa
La jornada de actividad física se caracterizó por su continuidad ininterrumpida, extendiéndose por un periodo exacto de doce horas.
La actividad comenzó al mediodía y se prolongó hasta la medianoche. Durante este tiempo, un circuito de aproximadamente 5,5 kilómetros se transformó en un espacio público vivo y compartido, recorrido por una amplia diversidad de participantes.
Las calles fueron tomadas por bicicletas, patines, caminantes y familias completas que se sumaron al evento.
Los organizadores enfatizaron que la actividad no fue diseñada para ser una carrera competitiva ni una exhibición deportiva de alto rendimiento.
Tampoco se trató de un simple paseo recreativo dominical. En su lugar, la jornada se movió al ritmo que cada participante elegía, ya fuera pedaleando, caminando o avanzando a su propio paso.
El circuito estuvo acompañado de música ambiental y contó con puntos de encuentro. La clave decisiva para el establecimiento del récord departamental fue la capacidad de sostener la presencia ciudadana y mantener el flujo, logrando hacer del espacio público un lugar vibrante y compartido a lo largo de todo el día.
El objetivo: instalar la ciclovía como un hábito de ciudad
La decisión de extender la ciclovía a doce horas fue impulsada por un propósito claro de la administración local y las organizaciones comunitarias.
La meta era demostrar activamente que la ciclovía debe ser concebida como un hábito integral de ciudad y no simplemente como un complemento recreativo.
La iniciativa sirvió para poner a prueba la capacidad de convocatoria del municipio y, de manera crucial, la cultura ciudadana en torno a la movilidad activa y el uso compartido de los espacios urbanos.
El resultado de la convocatoria fue notorio y variado en términos de participación. En las horas de la tarde, se observó la presencia de adultos mayores que disfrutaron del recorrido.
Jóvenes se sumaron al circuito después de finalizar sus jornadas de trabajo, y familias optaron por la noche para realizar caminatas conjuntas.
Además, numerosos deportistas aficionados se movieron por el trazado sin la presión de tener que cumplir con tiempos o marcas.
La jornada fue caracterizada por ser fluida, tener una gran variedad de públicos y ser sostenida en el tiempo, factores que fueron suficientes para registrar oficialmente el récord departamental.
La importancia de esta marca, subrayan los organizadores, trasciende el mero número, reflejando un compromiso creciente de la ciudadanía con la vida saludable y la apropiación comunitaria de los espacios urbanos para el deporte y la sana convivencia.







