Sobre la desaparición de Adriana Pinzón en Zipaquirá: Videos, elementos con rastros de sangre; documentos y declaraciones contradictorias del sospechoso, pesan en las investigaciones de la Fiscalía.
Esos contenidos y otros argumentos fueron presentados por la directora especializada contra las Violaciones de los Derechos Humanos de la Fiscalía, Deicy Jaramillo Rivera.
Según la funcionaria, Jhonatan Torres Campos, apresado el martes anterior (14 de junio), sería la última persona que tuvo contacto con la sicóloga (martes 7 de junio).
“El material de prueba, la evidencia física y los registros fílmicos dan cuenta de que Jhonatan Torres Campos habría sido la última persona que vio a la víctima con vida”, dijo.
También comentó que existen otros hechos con los cuales los investigadores argumentaron las acusaciones contra el sospechoso, todos ellos valorados por los administradores de justicia.
Detalles de las investigaciones
Los primeros pasos en las pesquisas, tras la alerta sobre la desaparición de Adriana, pusieron en el centro de las sospechas a Jhonata Torres, su cuñado. Fue él quien dijo que la había acompañado a Chía, con la aparente intención de vender el automóvil de ella.
A los agentes del CTI les entregó la misma versión, narración que, más tarde, cambió ante los mismos agentes. Les dijo que “la acompañó a dejar un carro en un concesionario (…) para venderlo. Aseguró que, luego de la entrega, la mujer pidió un vehículo en una plataforma virtual y regresó a su lugar de residencia”.
Sin embargo, otra cosa dice el material hallado en las cámaras de seguridad del lugar de residencia de Adriana Pinzón. Éste muestran que el hombre ingresó al apartamento minutos después del mediodía de ese martes (7 de junio).
Más tarde, “Entre las 6:00 p.m. y las 7:20 p.m. (6 horas después) salió en dos oportunidades con el carro de su cuñada. Primero, con un morral negro; luego, con bolsas plásticas que cargaba con dificultad y que dejó en el baúl”.
Más comprometedores indicios
Pero, un asunto que resulta más sospechoso, es que “en la inspección al inmueble de la mujer, los peritos forenses hallaron rastros de sangre en una habitación y en otros puntos”.
Hay más. Un conocido del investigado, al enterarse de la desaparición de la profesional, se acercó a las autoridades para comentarles algunos aspectos que le inquietaban.
Les dijo que Torres Campos le había pedido el favor que le guardara un maletín. Revisado su contenido hallaron “cuchillos con manchas de sangre, documentos de la psicóloga como la licencia de conducción, entre otros elementos”. Ese material se encuentra en valoración de expertos de genética del CTI.
Con todos esos argumentos la Fiscalía imputó al sospechoso como presunto autor de “homicidio agravado y desaparición forzada”. El hombre no aceptó los cargos pero fue cobijado con medida de aseguramiento en centro carcelario.
https://youtu.be/bXGPzHB_oTI 
