La gestión de la emergencia tras el sismo ocurrido el 8 de junio, de magnitud 6.5 Mw, continúa siendo una prioridad en Cundinamarca, por lo que la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) mantiene un monitoreo constante. El sismo, cuyo epicentro se localizó en Paratebueno, ha provocado daños significativos en la infraestructura y ha generado esfuerzos coordinados para asistir a las comunidades afectadas.
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En el municipio de Paratebueno se han contabilizado daños en 384 viviendas, de las cuales 134 han colapsado, y se reporta afectación en una iglesia local. Mientras tanto, en Medina se han identificado perjuicios en 110 viviendas, de las cuales 40 presentan colapso estructural, además del impacto en tres iglesias y 15 instituciones educativas. La atención se centra ahora en evaluar la viabilidad de establecer alojamientos temporales para aquellos hogares que han sufrido pérdidas significativas.

La respuesta ante la emergencia involucra la realización de la Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades (EDAN), que se ejecuta en conjunto con los consejos municipales y departamentales de gestión del riesgo. Este proceso es acompañado por la UNGRD, la cual coordina sus equipos técnicos para asegurar una intervención eficaz. La acción coordinada entre entidades busca facilitar la identificación de áreas críticas y priorizar la atención en zonas más vulnerables.
Entre los recursos movilizados se encuentran equipos técnicos especializados, incluidos ingenieros estructurales pertenecientes al Programa Nacional de Búsqueda y Rescate y profesionales orientados a la atención de emergencias. De igual forma, el Centro Nacional Logístico respaldó la operación con el envío de materiales esenciales que han sido distribuidos en las áreas afectadas. Entre estos recursos se destacan:
• 300 colchonetas
• 300 frazadas
• 300 kits de aseo
• 18 carpas tipo iglú
• Una base de operaciones
El balance actualizado por la UNGRD señala que el sismo afectó a menos de 5 departamentos y 13 municipios. La cifra de afectados se detalla en datos precisos que incluyen:
• 508 personas afectadas
• 25 personas lesionadas
• 362 viviendas dañadas
• 174 viviendas colapsadas
• 3 vías y 2 puentes comprometidos
• 7 centros religiosos
• 21 instituciones educativas
Estos datos reflejan la magnitud y diversidad del impacto provocado por el sismo en la región.
Además de los esfuerzos de rescate y asistencia, las autoridades han enfocado sus esfuerzos en la identificación de riesgos potenciales en infraestructura crítica. Entre las recomendaciones emitidas se encuentra la inspección de sistemas de agua potable, tales como bocatomas, plantas de tratamiento, tanques de almacenamiento y redes de distribución, particularmente en áreas rurales y de ladera. Esta medida busca prevenir futuras complicaciones derivadas de posibles filtraciones o alteraciones en los servicios esenciales.
Asimismo, se han establecido lineamientos para la revisión de redes eléctricas y accesorios que puedan haber sufrido daños. Las recomendaciones incluyen:
• Verificar el estado de subestaciones eléctricas y redes de alta tensión
• Inspeccionar estaciones de bombeo y ductos de gas
• Monitorear estructuras de captación y drenajes
Estas pautas son fundamentales para la identificación temprana de fallos que pudieran representar riesgos adicionales a los habitantes de zonas cercanas al epicentro.
Adicionalmente, se destaca la importancia del monitoreo de cuerpos de agua y cuencas para prevenir represamientos causados por deslizamientos. Las autoridades sugieren la vigilancia de quebradas, ríos y embalses, y se recomienda activar la atención en zonas con antecedentes de movimientos en masa. La coordinación con los consejos municipales de gestión del riesgo es clave para reportar cualquier fisura o deslizamiento en terrenos inestables, tanto en áreas urbanas como rurales, fuertemente impactadas por el sismo.
Finalmente, se enfatiza la necesidad de fortalecer los canales de información y las líneas de atención ciudadana. La comunicación oportuna a través de emisoras locales, redes sociales institucionales y medios comunitarios es esencial para que la población pueda reportar cualquier anomalía, como ruidos subterráneos o pérdidas súbitas de agua. Este conjunto de medidas se implementa con el objetivo de garantizar una respuesta operativa y coordinada en el contexto de la emergencia, procurando la seguridad y el bienestar de los afectados sin emitir conclusiones o juicios de valor, únicamente informando los hechos.
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