Suscribirse
Logo noticias dia a dia
×
logoFB logoTT logoIG logoTW logoLI logoYT

Cundinamarca: Gobernación dispone transporte de cosechas por cierre de vía al llano

por: Omar Gamboa

transporte-cosechas

*Transporte de cosechas por cierre de vía al llano es apoyado por la Gobernación de Cundinamarca. La administración departamental asignó 40 camiones que se encargarán de movilizar la producción agropecuaria de Cáqueza, Chipaque, Choachí, Fómeque, Fosca, Guayabetal, Gutiérrez, Quetame, Ubaque y Une.

Sobre la decisión se supo temprano este lunes (6 de octubre 2025) en respuesta a las dificultades generadas por los movimientos de tierra que bloquean la carretera a la altura de Guayabetal.

Un total de 40 camiones fueron asignados para esa tarea luego de un mes de inconvenientes que tiene en serios aprietos a los productores rurales del oriente del departamento y los llanos orientales.

A la fecha, las pérdidas económicas, tanto en el agro como el sector turístico, pueden superar los $200 mil millones de acuerdo a estimativos no oficiales suministrados por varios analistas nacionales.

Transporte de cosechas por bloqueo vía al llano

Lo delicado de la actual situación es que, a ciencia cierta, no se conoce una solución concreta que ponga fin a las serias dificultades en la movilización de mercancías entre el centro del país y el oriente del país.

Ante ese escenario y como una salida temporal, la Gobernación de Cundinamarca activó un plan especial de emergencia. Busca garantizar el transporte de productos agrícolas y de primera necesidad del este del departamento, tras el prolongado cierre de la autopista en cuestión.

En respuesta a la compleja situación, la administración departamental, dispuso 40 camiones de diferentes capacidades con el fin de movilizar las cosechas afectadas.

Los efectos de ese fenómeno mantienen en serios aprietos al sector productivo. El asunto se torna más complejo teniendo en cuenta que la solución definitiva puede tardar meses.

Puntualmente, los municipios más golpeados son Cáqueza, Chipaque, Choachí, Fómeque, Fosca, Guayabetal, Gutiérrez, Quetame, Ubaque y Une, cuyas economías dependen en gran parte de la producción agropecuaria.

Centenares de campesinos han visto cómo sus cosechas de papa, gulupa, fríjol, café, hortalizas y frutas tropicales corren el riesgo de perderse ante la imposibilidad de llegar a los centros de abasto. Los costos de transporte, según el propio mandatario Rey, se han incrementado más del 50 % debido a la necesidad de recorrer rutas alternas largas, inestables y de difícil acceso.

“Esto golpea directamente el comercio y la actividad productiva de nuestros campesinos. A los costos de producción, cada vez más altos, se suma el aumento de los fletes, lo que hace casi imposible el transporte y la comercialización, reduciendo drásticamente sus ingresos”, señaló el Gobernador.

Plan de apoyo logístico: 40 camiones y 152 rutas ejecutadas

Ante la gravedad de la situación, la Agencia de Comercialización y Competitividad de Cundinamarca puso en marcha un plan logístico de emergencia.  Dispuso 40 camiones asignados a la movilización de alimentos, insumos y productos esenciales.

Hasta la fecha, han sido dispuestas 152 rutas que han permitido transportar con éxito productos como papa, plátano, huevos, tomate, leche, lulo, limón Tahití, plántulas de café y cilantro, entre otros.
Estos recorridos -según la Gobernación- han sido ejecutados bajo un esquema coordinado con la ANI. Incluye la flota departamental dentro de un “corredor humanitario” que garantiza la circulación de alimentos y productos básicos, pese a la emergencia.

El operativo logró mitigar las pérdidas de los productores rurales, reducir los tiempos de espera y evitar la descomposición de alimentos perecederos. Además, ha servido para abastecer las plazas de mercado de Bogotá y otros municipios cercanos que también se habían visto afectados por el desabastecimiento.

Los municipios priorizados -Cáqueza, Chipaque, Choachí, Fómeque, Fosca, Guayabetal, Gutiérrez, Quetame, Ubaque y Une- concentran una parte significativa de la producción agrícola. Desde estos municipios se abastecen los mercados del oriente de Cundinamarca y la capital del país.

En estos territorios, el transporte de las cosechas es esencial no solo para la sostenibilidad económica de los pequeños productores, sino también para la seguridad alimentaria de la región. Por ello, el gobernador Rey dispuso una línea de atención directa vía WhatsApp (316 852 1271), destinada a pequeños y medianos productores que necesiten solicitar el transporte de sus cosechas o el ingreso de agroinsumos a sus fincas.

“Esperamos sus llamadas —concluyó el mandatario— porque nuestra prioridad es mantener viva la economía campesina y garantizar que ningún producto se pierda por falta de vías”, insistió.

Una vía con historial de emergencias

La vía al Llano, que conecta a Bogotá con Villavicencio, ha sido históricamente vulnerable a derrumbes y cierres por fenómenos naturales. Solo en los últimos cinco años, este corredor ha enfrentado más de 30 cierres parciales o totales por deslizamientos de tierra, lluvias intensas y fallas geológicas.

En 2019, un episodio similar obligó a suspender el tránsito por más de tres meses, generando pérdidas millonarias para los transportadores y productores del Meta y Cundinamarca. Desde entonces, los gremios agrícolas han insistido en la necesidad de contar con vías alternas seguras y una mejor infraestructura vial que permita afrontar emergencias sin paralizar la economía regional.

La actual emergencia, registrada desde septiembre de 2025, tiene su origen en movimientos de masa en la zona de Guayabetal. Las lluvias constantes han provocado el deslizamiento de toneladas de tierra sobre la calzada. A pesar de los esfuerzos de la ANI, Invías y las autoridades locales, las labores de remoción se han visto dificultadas por la inestabilidad del terreno y el riesgo de nuevos derrumbes.

El bloqueo no solo afecta a los agricultores. Los municipios turísticos de la provincia de Oriente también han sufrido una fuerte contracción económica. Localidades como Choachí y Fómeque, reconocidas por sus atractivos naturales y rutas ecoturísticas, reportan una reducción de hasta el 70 % en la llegada de visitantes durante los fines de semana.

Los comerciantes advierten que la parálisis de la vía ha encarecido los insumos, limitado la llegada de turistas y disminuido la venta de productos locales. En palabras de un empresario de la zona, “no solo los campesinos están perdiendo; el turismo, los restaurantes, los hoteles y el transporte público están igual de golpeados”.

Acciones conjuntas con el Gobierno Nacional

La Gobernación de Cundinamarca ha mantenido coordinación permanente con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), el Ministerio de Transporte y la ANI. El propósito es acelerar las obras de estabilización del talud y recuperar la movilidad en el corredor.

“No podemos seguir repitiendo la historia cada año. El cierre de esta carretera no solo aísla a nuestros campesinos, sino que afecta directamente la seguridad alimentaria de la capital del país. Urge una respuesta técnica y definitiva”, subrayó rey Ángel.

De acuerdo con los anuncios oficiales, la administración departamental continuará con el plan de transporte solidario. Busca que los productores rurales no asuman por sí solos las consecuencias económicas de una emergencia que, según los expertos, podría prolongarse varias semanas más.

Este nuevo cierre de la vía al Llano reabre el debate sobre la vulnerabilidad de la infraestructura vial en Cundinamarca y la urgencia de contar con corredores alternos. Proyectos como la doble calzada Une–Guayabetal y el mejoramiento de la vía Choachí–La Calera han sido propuestos en repetidas ocasiones como rutas complementarias, pero su ejecución ha sido lenta.

La Gobernación insiste en que, además de las soluciones de emergencia, el país necesita una política de largo plazo que garantice conectividad permanente entre el centro y el oriente colombiano.

Por ahora, la flota de 40 camiones dispuesta por el gobierno departamental representa un alivio temporal, pero fundamental, para miles de familias campesinas que dependen de la venta de sus productos.