El proyecto SISABE a Cundinamarca, una alianza estratégica entre la Gobernación de Cundinamarca y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), está construyendo la primera radiografía integral del sistema agroalimentario del departamento. La iniciativa, ejecutada a través de ACODER y las Secretarías de Agricultura y de lo Social y la Familia, busca responder preguntas cruciales como el origen de los alimentos, los flujos logísticos y los hábitos de consumo de las familias cundinamarquesas. SISABE (Sistema de Abastecimiento) busca caracterizar la oferta, flujos, rutas y nodos de abastecimiento, así como los factores que condicionan el acceso a alimentos en los hogares. La información obtenida permitirá afinar inversiones, ordenar la logística, fortalecer a la agricultura familiar y mejorar la disponibilidad, el acceso y el consumo de alimentos de calidad.
El proyecto avanza en dos frentes principales: el diagnóstico del abastecimiento agroalimentario en la provincia del Sumapaz y la evaluación de la inseguridad alimentaria en 78 municipios priorizados.
Sumapaz: potencia productiva con retos de abastecimiento
El trabajo de campo en la provincia de Sumapaz superó la meta prevista con la aplicación de 178 instrumentos, lo que garantiza una base sólida de datos de sus diez municipios. Sumapaz se consolida como una potencia agroalimentaria en Cundinamarca, ya que en los últimos cuatro años aportó 1,27 millones de toneladas de alimentos, equivalentes al 8,48 % de la producción departamental, posicionándose como la cuarta provincia más productiva.
El territorio del Sumapaz se destaca por su diversidad productiva, sumando 52 sistemas productivos que garantizan alimentos durante todo el año. En las zonas altas predominan productos como la papa, las hortalizas y el café, mientras que en los pisos templados se destacan los cítricos, el aguacate y el tomate de árbol. El tomate de árbol tiene un peso notable, constituyendo el 29 % de la producción provincial y más del 80 % del total de Cundinamarca. Esta combinación de diversidad y especialización convierte a Sumapaz en un territorio estratégico y resiliente para el abastecimiento de Bogotá y del departamento.
Vías y logística: el talón de Aquiles del campo

La provincia cuenta con una base social organizada, incluyendo más de 13.000 familias productoras y 173 Organizaciones de Agricultura Familiar (OAF). Sin embargo, a pesar de su capacidad productiva, el campo enfrenta grandes retos estructurales. Problemas como el estado de las vías terciarias, los costos elevados de transporte, la falta de disponibilidad de frío y las pérdidas poscosecha afectan la calidad y los tiempos de entrega. La provincia tiene más de 1.500 kilómetros de vías rurales, pero más del 70 % de estas presenta restricciones de acceso. Esto implica que los alimentos tardan más en salir del campo, se deterioran y aumentan los costos de transporte. Un desafío adicional es mantener la producción sin comprometer la base ambiental, articulando el ordenamiento productivo con la protección de los ecosistemas.
Para enfrentar estas limitaciones, SISABE propone un modelo logístico más eficiente a través de dos instrumentos clave: la Carta de Operación de Redes de Abastecimiento Agroalimentario (CORAA), destinada a armonizar reglas y procesos logísticos; y el Centro Regional de Agrologística Compartida (CRAC Quebrajacho), concebido como un food hub para reducir pérdidas, optimizar el transporte y agregar valor a los productos locales.
La paradoja de la inseguridad alimentaria en los hogares
El segundo componente del proyecto aborda la paradoja de la inseguridad alimentaria. A pesar de que el campo produce, muchos hogares enfrentan dificultades para comer tres veces al día. La evaluación de la inseguridad alimentaria en 78 municipios priorizados, utilizando como referencia la Encuesta de Calidad de Vida del DANE de 2024, confirmó que el 22,6% de los hogares en Cundinamarca enfrentó inseguridad alimentaria moderada o grave en 2024. Aunque esta cifra se redujo 4,6 puntos porcentuales frente a 2023, la problemática persiste.
Estos datos confirman que la seguridad alimentaria depende no solo de la producción, sino especialmente del acceso y de las condiciones sociales y económicas de los hogares. Los problemas logísticos, de transporte y comercialización impactan en la oferta y los precios, afectando finalmente el acceso a los alimentos. Con SISABE a Cundinamarca se avanza en la construcción de esta radiografía para fortalecer la producción, reducir pérdidas, mejorar la distribución y orientar políticas públicas justas y sostenibles, reconociendo que garantizar comida suficiente y de calidad depende de todo un sistema que funcione articuladamente, "desde la semilla hasta el plato".







