El aumento en la cantidad de hogares colombianos que incluyen un perro entre sus miembros ha motivado cambios en las dinámicas de las comunidades residenciales del país. Frente a este contexto, los conjuntos residenciales han intensificado la aplicación de estrictas regulaciones para la tenencia de perros catalogados como “potencialmente peligrosos”, con el propósito de fomentar la convivencia en espacios compartidos.
Estas normativas incluyen la imposición de sanciones económicas que podrían superar los $700.000 para el año 2025 a los propietarios de perros que incumplan las disposiciones relativas al manejo adecuado de sus mascotas. La atención especial está centrada en el uso obligatorio de elementos de seguridad como correa y bozal en las áreas comunes, imponiendo responsabilidades claras a los dueños respecto a la conducta de sus animales.
Dos marcos legales, la Ley 746 de 2002 y el Código Nacional de Policía, estructuran las pautas relacionadas con la tenencia de perros en Colombia, con énfasis en aquellas razas denominadas como potencialmente peligrosas. Dichos cuerpos normativos estipulan que, además del registro de la mascota, el propietario debe adoptar todas las medidas necesarias para evitar incidentes o daños a otras personas, animales o bienes.
De acuerdo con la Ley, la tenencia de estas mascotas en propiedad horizontal conlleva obligaciones adicionales. El artículo 108F de la Ley 746 de 2002 señala que es deber del propietario implementar restricciones estrictas y asumir la posición de garante de los riesgos derivados de la tenencia de perros con estas características.
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La clasificación oficial de ‘potencialmente peligrosos’ considera tanto la raza como la conducta del animal. Las autoridades identifican bajo este perfil a:
- Perros con antecedentes de agresión a personas o animales.
- Aquellos adiestrados para ataque o defensa.
La normativa establece, además, una lista de razas que requieren particular atención:
- American Staffordshire Terrier
- Bullmastiff
- Dóberman
- Dogo Argentino
- Dogo de Burdeos
- Fila Brasileiro
- Mastín Napolitano
- Pit Bull Terrier
- American Pit Bull Terrier
- De presa canario
- Rottweiler
- Staffordshire Terrier
- Tosa Japonés
Para garantizar la seguridad en espacios comunes, los dueños de estos animales deben cumplir medidas obligatorias. Entre ellas destacan el uso permanente de correa y bozal, disposición que busca prevenir situaciones de riesgo, especialmente en presencia de niños y personas mayores, así como evitar inconvenientes con otros coproprietarios o visitantes.
Las sanciones estipuladas no se limitan al pago de multas, que para 2025 se ha fijado en $711.750 (equivalentes a 15 salarios mínimos legales diarios vigentes). Las autoridades pueden, incluso, ordenar la separación definitiva del animal si estiman que existe un peligro inminente derivado de la falta de control por parte de su dueño.
El conjunto de regulaciones tiene como objetivo principal promover la tenencia responsable, estableciendo herramientas para prevenir incidentes y salvaguardar la integridad tanto de residentes como de animales dentro de los conjuntos residenciales y áreas urbanas con alta densidad de mascotas. De este modo, se busca generar entornos más seguros y armoniosos para todos los miembros de la comunidad.
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